Hasta mucho ha resistido en su castillo virtual el hasta este martes presidente de Coalición Canaria en Gran Canaria, Manuel Lobo, que ha puesto a disposición del partido su cargo. Un eufemismo monísimo tras el que en este caso se esconde un vale, bueno, que si Bañolas amenaza con marcharse con su gente a otro partido, mejor cedemos el paso y lo dejamos a que desde hoy se haga cargo del invento. Manuel Lobo ha aguantado como un jabato las presiones de los suyos, pero finalmente ha arrojado la toalla cansado de los movimientos cortesanos de CC en Gran Canaria, cuyos dirigentes quieren que el timón de la nave lo lleve el alcalde de Guía, Fernando Bañolas, a ver si es capaz de evitar el marisco. Bañolas es vicepresidente, lo que automáticamente lo eleva al máximo rango, desde el que capitanear el proceso de salvación de una formación política de la que será candidato a la presidencia del Cabildo. Y si nada se tuerce, su hermana Laura, a la alcaldía de Guía. Tiene un año para hacer variar el sino catastrófico de las encuestas, que apenas otorgarían medio diputado al Parlamento canario.