El empresario Germán Suárez acostumbra a presumir de que es hombre de diálogo, de esos que ejercen de eficaces componedores de entuertos cada vez que alguien le pide mediación. Lo trató de hacer con La Gran Marina, cuando la alcaldesa se apuntó a bruta y puso en peligro más cosas de las que jamás le cabrán en la cabeza. Pero ahora es Germán Suárez el que necesita de uno o varios hombres buenos que le logren colocar en la senda de las buenas relaciones con el Partido Socialista. La llegada de Emilio Mayoral al Puerto ha provocado una auténtica revolución en la relación de fuerzas e influencias en el recinto, y el presidente de Astican, de Sempsa, de Spanish Pelagic... ha resultado ser uno de los principales damnificados. Apoyándose en un hábil mediador como es el socialista Salvador García Carrillo (los viejos rockeros nunca mueren), Suárez trata de recomponer sus relaciones con el PSC. En ese intento se inscribe el almuerzo celebrado este martes en el restaurante La Parrilla, del Reina Isabel, entre el empresario, Jerónimo Saavedra, Blas Trujillo y el ya mentado García Carrillo. De una cosa estamos seguros: si ha habido acuerdo no habrá sido a costa de torcerle el brazo a Mayoral, que goza del respaldo de su partido.