Se las prometía muy felices Eva Navarro, controvertida -por decir algo- concejal de Turismo del Puerto de la Cruz, cuando convocó el Consejo Sectorial para dar a conocer el nuevo logotipo de identidad turística, encargado a una empresa de publicidad, sin bases ni concurso. Ya saben, estilo compadre, como mandan los cánones últimamente. Después de que los creativos explicaran las características, la señora Navarro daba por hecho que todo el Consejo aplaudiría y daría su aprobación. Su gozo, en un pozo. Van los empresarios del sector y sueltan que aquello no sirve, que la unidad de imagen es muy importante, que el logo existente era muy identificativo y estaba consolidado. Eva, cuasi expulsada del Paraíso, no daba crédito al desplante y pasó del lustre Elisabeth Arden al tomate maduro en décimas de segundo y se plegó a las opiniones del respetabe. La nueva identidad turística tendrá que esperar un pcoo más.