El que sí tendrá querella es el presidente del PP, José Manuel Soria, y precisamente en calidad de tal. Se la están preparando unos cuantos de los afiliados expulsados en Fuerteventura. Las cosas con esos expedientes se han hecho rematadamente mal, quizás porque siempre se utilizaron como moneda de cambio, como instrumento de presión, y cuando se ponen todas las fechas sobre la mesa y se comprueba que ha habido expulsiones que, después de quince meses, todavía no se han consumado, la penúltima perreta soriana hace aguas por todas partes. Dicen los estatutos del PP que no se puede expulsar a nadie una vez se ha convocado un congreso, pero ésa va a ser sólo una de las infracciones estatutarias objeto de la querella, según cuentan los afectados. No podemos dar garantía alguna de que la Sala de lo Civil y Penal del TSJC, donde habrá de sustanciarse esa querella dada la condición de aforado de Soria, vaya a abrir una investigación al respecto.