Las detenciones de este miércoles de Faycán y Doramas no gustaron en algunos despachos, muy particularmente en los de Ciuca y los del PP. Las reacciones así lo demuestran: Guillermo Reyes se quejó amargamente de lo cerquita que empiezan a pasarle las balas, de que los medios de comunicación anden informando de cosas tan sensibles y tan suyas de él. Soria, por su parte, con la habilidad que le caracteriza para torcer la realidad y acomodarla a sus necesidades de cada momento, lanzó un cántico a la profesionalidad e independencia de los jueces para, a continuación, acusarles de dejarse influenciar demasiado por la Policía. Le faltó decir que por policías socialistas capitaneados por el comandante López Aguilar y su sargento Segura, más el jefe superior de Policía, que se ha convertido en su bestia parda. Ni una sola explicación, ni una sola disculpa, ni una sola dimisión... La culpa es de los que investigan la corrupción. Como Zerolo. Estamos apañados.