Hablando de empresarios emprendedores, Santiago Santana Cazorla ha emprendido una nueva huida hacia adelante de las que acostumbra. Acuciado por una situación financiera delicada, con sus socios noruegos de Anfi Internacional exigiéndole responsabilidades penales en los juzgados por la volatilización de 8,6 millones de euros, y con los embargos caminando patas arriba, al tirajanero no se la ha ocurrido mejor cosa que poner en venta algunas señeras parcelas de Anti Tauro, la famosa urbanización turística de Mogán que condujo a Soria a coincidir con el originario promotor en las escalerillas del jet privado de este cuando se disponía, por casualidad, a ir a la pesca del salmón. Qué recuerdos, tú. Las dos parcelas que, según el periódico La Provincia, vende Santana Cazorla en Anfi Tauro forman parte del lote de las que fueron declaradas de interés general por el Cabildo de Gran Canaria y por el Parlamento de Canarias para saltarse la moratoria y levantar unos hotelitos de cinco estrellas. Seis años después de aquel atropello, de aquella tramitación en la que se apretaron tantos tosnillos, Santana Cazorla no solo no ha desarrollado los proyectos que tanta sangre, sudor y salmones costaron, sino que ni siquiera ha urbanizado las correspondientes parcelas y, ahora, de remate, las pone a la venta. Lo tiene difícil porque ambas están hipotecadas por cantidades colosales, de las que antes prestaban los bancos con la misma alegría con la que ahora levantan por los aires a excelentes clientes de antes.