Está en su perfecto derecho José Manuel Soria a sufrir una tremenda rasquera tras comprobar cómo es de puñetera la vara de medir que tiene su partido, el PP, en Madrid. Él se desgañita aquí, en territorio ultraperiférico, insultando a Zapatero, hablando de sablazos y de lo mucho que se parece a Tejero, y no hay manera de que la prensa nacional se haga eco y Ángel Acebes le amenace con medidas disciplinarias. Un senador del PP por Melilla, Carlos Benet, fue sólo un poco más allá que Soria al decir que Zapatero es “un presidente accidental” porque, “Pavía entró a caballo en el Congreso, Tejero con una pistola y el señor Zapatero con un tren de cercanías”. Acebes ha dicho que no comparte el disparate y que le aplicarán al melillense el reglamento del partido. Y Soria, pensándose qué decir la próxima vez para que le hagan un poco de caso. Hagan el favor, miren a ver, que es mucho el desconsuelo.