Y ustedes se preguntarán por los extraños motivos por los que una Autoridad Portuaria como la de Las Palmas deja para el último minuto la resolución de un expediente tan complejo, en el que hay tantísimas cosas en juego y que tiene a Puertos del Estado con una investigación abierta a ver a quién endosa las correspondientes responsabilidades. La respuesta es muy sencilla: la señora, cargo de confianza ella, confianzuda ella, que recibió el escrito de Madrid, decidió que no era noticia y que lo mejor, para evitar meter a su jefe en un berenjenal era meterlo en un cajón y esperar mejores tiempos. Pero, para su desgracia, este martes telefonearon desde Madrid, echaron la correspondiente bronca, y la dama sacó de su cajón los papeles. No sabemos todavía si falta algo más por ocurrir en torno a este escándalo del istmo. Pero no se sorprendan, que seguro que sí.