Resultó insultante el intento de la concejal Sarrautte y del alcalde, Miguel Zerolo, de cargar las culpas de la ignorancia de la primera sobre las espaldas de los funcionarios. Es verdad que el informe que tenía ante sus narices la Sarrautte relacionaba las organizaciones no gubernamentales que disfrutan de instalaciones públicas municipales y que no se hacía referencia a que se trataba de ONG. Pero más cierto es que casi toda España (el casi ya saben dónde se sitúa) sabe que organizaciones como la Cruz Roja, mencionadas en el informe, son eso, organizaciones no gubernamentales. Le hubiera bastado a este portento de la política consultar a su compañera de escaño en el pleno, Ángela Mena, concejal de Bienestar Social, que se llevó las manos a la cabeza con cierto disimulo al escuchar las burradas que soltaba por esa boca su compañera de Patrimonio.