No hay manera de que se estén quietos. Ahora ha sido la excusa de la “parálisis” de Arrecife, seguramente motivada por la decisión del PSOE de suspender la tramitación de un Plan General de Ordenación Urbana por el tufo tan desagradable que desprendía. El resultado es, al fin y a la postre, que los partidos con excesivas ansias vuelven a introducir en la política lanzaroteña la inestabilidad en la que se mueven a la perfección. El PIL, que sostiene al PSOE en algunas instituciones (entre ellas Arrecife y el Cabildo) ya ha soltado su idea de irse con CC y el PP a cambio de vaya usted a saber qué cosas, entre las que está la financiación de la campaña electoral y promesas económcias desde el Gobierno a través de las partidas innominadas que Soria ha sabido dejar a buen recaudo.