Y es que Saavedra había sugerido que los flujos migratorios se movían al socaire de la economía, tesis que Rivero replicó como propia de los “liberales” que “lo fían todo al mercado”. Nada se sabía de la deriva neomarxista y estatalista del presidente en alianza con el PP de Soria pero, aunque sea una deformada caricatura absurda y surrealista, de eso parecía presumir en Madrid. Por eso, al término del debate, quizás por un lapsus, Piñero dijo que la presencia de Rivero y Saavedra en la misma mesa era algo tan elogioso para ambos como impensable en la política nacional, pues sería como “sentar a debatir a Zapatero y Aznar”. La comparación le hizo gracia a Rivero, que no dijo ni mu, aunque se luciera con otra frase célebre.