Han regresado los empresarios turísticos privados de sus huesos de la World Travel Market, de Londres, al comprobar otro modo de hacer las cosas en la clase política canaria. Se acabaron las fiestas y el jolgorio -lo que debe haber defraudado a más de uno- pero a cambio se ha visto por primera vez en años, mucha más seriedad y profesionalidad. El equipo de la Consejería de Turismo, dice Fernando Fraile, “currando una barbaridad”, y el presidente del Gobierno trabajando como uno más. Allí estaban Herrera Velázquez y Pilar Parejo arropados por un presidente menos dado a la alharaca y la foto y más pegado al terreno. Y también estaba José Manuel Soria batiéndose el cobre con los touroperadores británicos a los que puso las cosas en su sitio, al decir de testigos presenciales.