Comprendemos (y hasta nos solidarizamos) la angustia que tiene que estar pasando el presidente del PP canario ante la evidente contradicción entre lo que hace y lo que predica. En estos momentos tan excitantes para la corrupción del PP en las Islas es comprensible que Soria no pueda pedir a ninguno de sus consejeros insulares que dimita y entregue el acta porque, sencillamente, lo que viene detrás puede ser la repanocha. El siguiente de la lista de consejeros del PP entrantes en la Corporación es Juan Manuel Ramírez, quien fuera presidente del partido en Gáldar, y que dimitió hace ya algún tiempo en clara desavenencia con el líder. Pero en el caso de que Ramírez se agachara y dejara pasar ese cáliz, el siguiente consejero sería Isidro Galván, alcalde de Moya desde que Franco era cabo, hoy en los bancos de la oposición moyera. Galván también anda amulado con Soria, con lo que ya se imaginarán qué panorama.