El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Lo que dice la televisión pública alemana de RIU y TUI
El mamotreto que RIU quiere levantar en el Oasis de Maspalomas, San Bartolomé de Tirajana, sur de Gran Canaria, no es el único atropello al medio ambiente que la cadena hotelera mallorquina tiene esparcidos por el mundo. Un durísimo reportaje de la cadena pública alemana ZDF, emitido este mismo verano, desnuda a la todopoderosa compañía española y a su socio mayoritario, el gigante turoperador alemán TUI. Realizado por las periodistas Stephanie Gargosch y Marie Maurice, el reportaje tiene un comienzo bastante elocuente: “TUI es el macho alfa aquí”, y aunque se refiere a Mallorca, los efectos que se relatan pueden trasladarse a cualquier otro destino turístico de sus características en España, verbigracia las Islas Canarias, con los mismos 13 millones de turistas anuales. ¿Qué consecuencias tiene para la gente del lugar, para el medio ambiente y la seguridad la actividad de TUI y de su socio RIU? Durante menos de media hora las dos periodistas, arropadas por un amplio equipo de profesionales, responden a esa pregunta con mucha crudeza. Y en la televisión pública alemana, el país en el que tiene su origen el líder europeo de turoperación (aunque con sede en Londres), donde esa cadena de 14.000 trabajadores tiene el prestigio que desgraciadamente ha perdido aquí nuestra TVE. El trabajo no deja muy bien parado a TUI, que recibe fuertes críticas por los márgenes que aplica a los hoteles casi hasta la asfixia y por el régimen de todo incluido, que no da riqueza a los destinos donde opera: “En una oferta de todo incluido para una semana por 980 euros, el hotel gana 382,20 y el resto, 548,80, se divide entre el vuelo con TUI y la venta (…) Sólo 49 euros son para subcontratas locales, por ejemplo, conductores de guaguas”. Pero la cadena RIU, que pretende quedarse con el Oasis de Maspalomas con el apoyo de las autoridades canarias, recibe durísimas críticas, tanto por la explotación a la que somete a sus trabajadores como por su desprecio por el medio ambiente, particularmente en Cancún, México.
Como para darles el Oasis
A la cadena mallorquina le ha parecido un abuso que las autoridades de Gran Canaria hayan pretendido preservar los valores naturales, históricos, sentimentales y paisajísticos del Oasis de Maspalomas, y ha reducido a la consideración de “inseguridad jurídica” la decisión del Cabildo de la isla de declarar el enclave Bien de Interés Cultural (BIC), decisión a la que siguió un acuerdo del Gobierno de Canarias orientado a buscar fórmulas urbanísticas que aseguraran su protección y las justas compensaciones urbanísticas a la propiedad para que pudiera poner en otro sitio el inmenso mamotreto que aún hoy está empeñada en levantar allí. Viendo el reportaje de la ZDF es fácil llegar a la conclusión de que lo que en Gran Canaria la cadena mallorquina llama “inseguridad jurídica” se traduce en otros lugares en la ausencia total de autorizaciones ambientales o, cuando ha podido, en la contratación de cargos políticos para que emitan los informes necesarios que allanen las exigencias administrativas. Lo pueden ver más o menos hacia el minuto 15 del vídeo que hoy les ofrecemos con subtítulos en castellano. Una de las periodistas se traslada a Cancún y descubre, entre otras cosas, que RIU levanta “hoteles enormes pegados unos a otros” con escaso respeto por el medio ambiente. Así, el primer hotel de la cadena, levantado en 2002, con 15 plantas y 569 habitaciones, carecía de un informe preceptivo para su autorización, lo que los mallorquines resolvieron contratando a la consultora Sylvatica, dirigida por Gerardo Gómez Nieto, “que sospechosamente compaginaba ese puesto con el de concejal de Medio Ambiente” del Ayuntamiento de Cancún. Y no nos hagan señalar a nadie por estos andurriales, por favor. No conforme con esta chafalmejada, la cadena española levantó otro hotel, el RIU Las Américas, que después de trece años en funcionamiento “todavía no tiene permiso de Medio Ambiente”. Y eso que justo antes de su inauguración hizo un pacto con la justicia mexicana y pagó una multa de 3 millones de dólares. Su último proyecto “un hotel enorme cerca de la laguna”, tiene permiso del Ayuntamiento, pero no de las autoridades ambientales. A ver quién provoca inseguridad. No se pierdan el vídeo que la polémica no ha hecho otra cosa que resucitar.
Carreteras: que decida la consejera de Hacienda
Cuentan los que vieron a Carlos Alonso salir de la reunión de este martes con la consejera de Obras Públicas, Ornella Chacón, que su cara fue experimentando una curiosa transformación a medida que él mismo iba oyendo lo que decía. Y lo digería. El presidente del Cabildo de Tenerife sucumbió a una mezcla explosiva de calor asfixiante y choque seco contra la realidad política en la que tiene que jugar sus cartas. Los medios informativos presentes, también víctimas de lo que Rita Barberá llama “caloret” no captaron con todos sus matices el punto crucial del llamado “principio de acuerdo” que tanto la consejera como el presidente lanzaron a los cuatro vientos. Analicemos el comunicado del Gobierno porque no deja ningún resquicio:
1) Preacuerdo para “iniciar un nuevo marco de colaboración entre las dos administraciones en materia de carreteras”.
2) Ese nuevo marco se asentará “sobre tres pilares fundamentales”: equilibrio inversor entre todas las islas; no paralizar ni ralentizar ninguna de las obras en marcha“ y que el visto bueno lo dé la consejera de Hacienda
El gol que le ha metido Ornella Chacón a Carlos Alonso es de los que hacen época. Primero, porque aún soslayando el compromiso de que garantizar el equilibrio entre todas las islas –tradicional y naturalmente despreciado por cada presidente insular- la exigencia de que no se paralice ni ralentice ninguna obra significa que no se podrá dedicar dinero a proyectos nuevos (tercera fase del anillo insular) hasta que no esté terminada la anterior (segunda fase del anillo insular). Es decir, la condición que siempre ha puesto la consejera socialista. Pero la estocada final la mete Chacón al introducir el nombre de la consejera de Hacienda en la polémica: si Carlos Alonso quiere buscar fórmulas alternativas que requieran la inversión por parte del Gobierno para la tercera fase del anillo (300 millones de euros) eso lo habrá de autorizar su compañera de partido Rosa Dávila, que se las tendrá que ver a cara de perro con un fenómeno muy antipático llamado equilibrio presupuestario y otro más cabroncete todavía llamado endeudamiento. O sacarle más dinero al Estado, que para eso hay tan buen rollito con el PP.
Hasta el rabo todo es toro
Los primeros minutos de euforia, o vaya usted a saber qué, condujeron a Carlos Alonso a emitir un tuit muy optimista al término de la reunión: “Principio de acuerdo sobre #anilloinsular que permite dedicar 15M€ a iniciar obra nueva del anillo en 2016. Pero, hasta el rabo, todo es toro”. La cifra mágica son 15 millones por lo que parece, que el presidente insular está dispuesto incluso de sacar de sus propias arcas a pesar del abultado endeudamiento que tiene el Cabildo de Tenerife (supera la suma de toda la deuda de los seis restantes), seguramente a cambio de que sea la propia Corporación la que adjudique, lo que habría de sacar esa inversión del famoso convenio de carreteras con el Estado. Si el dinero que anuncia Alonso con esa prevención del rabo del toro hubiera de salir de las arcas autonómicas, habrá de ser su compañera de partido Rosa Dávila la que lo bendiga o la que lo deniegue. Pero si de lo que se trataba hacer este martes era dar por zanjada la polémica con “un principio de acuerdo” que lleve al presidente tinerfeño a devolver los tanques a su Brunete particular, el efecto puede haberse conseguido. Incluso aparentando victoria, por qué no. Porque la idea de hacerse acompañar a la reunión de su vicepresidente y socio socialista Aurelio Abreu fue exclusivamente suya. Una foto para la tranquilidad. Aunque hasta el rabo, ya se sabe, todo es toro.
La carta de Vicenta Díaz
Es bueno recordar en estos históricos momentos en que la Justicia le mete mano a la gestión del servicio de Carreteras del Cabildo de Tenerife, la famosa carta que dirigió al que fue su presidente durante doce años –Ricardo Melchior- la ya fallecida consejera del Partido Popular Vicenta Díaz. En ella, la que también llegara a ser alcaldesa de Güímar, vertía tan duras acusaciones contra el ahora presidente de la Autoridad Portuaria que su partido, que en aquel mandato 2007-2011 gobernó con Coalición Canaria, le impidió hacerla pública en vida. En julio de 2011, un mes después de su muerte, su familia decidió hacerla pública para honrar su memoria, lo que fue contestado desde el Cabildo, con su vicepresidente Carlos Alonso al frente, con el anuncio de su remisión a la fiscalía por si no hubiera sido la fallecida la autora de la dura misiva sino algún familiar resentido. En realidad, lo que hacían Alonso, Melchior y su fanfarria de lameculos era sacudirse de encima las acusaciones que en el escrito se vertían acusando a su autora de estar loca, como ella misma denunciaba en vida. Es una pena que la fiscalía se dedicara solamente a analizar si el contenido de la carta reunía los requisitos de los delitos de injurias y calumnias y no analizara el fondo de lo que allí se decía. Por ejemplos, cosas tan sabrosas como estas:
- “Cuando asumí mi tarea en el Cabildo como consejera de Carreteras no pude mover un ladrillo. El servicio estaba hipotecado desde la época anterior. Me encuentro con una deuda por obras de emergencia que no me deja margen de actuación”
- “Obras ejecutadas de dudosa legalidad, sin expedientes”
- “Yo le acuso, señor Melchior, de haber aprovechado que yo no estaba presente para sacar a concurso el Plan Especial de Carreteras, por un monto de 27 millones en 51 actuaciones”
- “Se esperó a que fuera época electoral para sacar a concurso los asfaltados de toda la isla”
- “Nombra a una directora insular de su cuerda para que hable con los alcaldes y le cuente lo buenos que son ustedes y lo mala que era yo”
- “Me meten con calzador y con engaño a una directora general”
- “Usted me dice que hace lo que le da la gana porque para eso es el presidente”
- “Me recriminó mi actitud en una mesa de contratación relativa a la conservación de carreteras (…) porque yo vi intereses oscuros de por medio y porque denuncié que no estaban claras las valoraciones”
- “¿Me va a negar que me ofreció nombrarme vicepresidenta si yo dejaba Carreteras porque era una persona molesta para usted en las mesas de contratación?”
- “Yo le acuso, señor Melchior, de mostrar una inmensa cólera cuando desconvoqué una mesa de contratación a la vista de una baja temeraria de la empresa adjudicataria”
- “Usted me amenazó con quitarme las competencias si no convocaba la mesa de nuevo en una hora. Y esa mesa olía mal, señor Melchior, muy mal”.
La directora de Carreteras a la que hacía mención Vicenta Díaz en su carta es Ofelia Manjón, retirada de aquellas responsabilidades en el mandato 2011-2015 junto al jefe de servicio tras detectarse las irregularidades que en estos momentos investiga el juzgado de Instrucción 2 de Santa Cruz de Tenerife.
Puede que la carta de Vicenta Díaz tuviera una fuerte carta emotiva dada su enfermedad y el dolor que le provocaba la humillación de le infligía el presidente del Cabildo ante el silencio cobarde de sus compañeros del PP. Pero a la vista de los sucesos judiciales que se avecinan, seguramente no estuvo en absoluto desacertada en su contenido.
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