Mal día el de este lunes para pertenercer al Tenerife profundo, ese que mira y ni se asombra, que oye y no se inmuta, que grita y termina poniendo la mano... Este lunes fue un día fatídico para algunas esencias del chicharrerismo, personificadas en ATI y en algunas de sus figuras más significativas, Miguel Zerolo y Luis Suárez Trenor, alcalde de Santa Cruz de Tenerife y presidente de la Autoridad Portuaria de esa provincia, respectivamente. Sin contar el segundo teniente de alcalde de San Miguel de Abona, detenido por un presunto delito de tráfico de seres humanos para destinarlos a la prostitución, casi nada. Pero sin minimizar este delito tan grave, que de confirmarse superaría en algunos puntos el grado de corrupción política para adentrarse en el de las prácticas mafiosas más reprochables, debemos centrarnos en lo que tiene más encaje en la crítica que han de ejercer los medios de comunicación ante las actuaciones de los servidores públicos. La noticia es un terremoto: Zerolo y Suárez Trenor, en la antesala de la imputación penal por el presunto cobro de sobornos. Ya estalló el escándalo.