Para dar fortaleza, brillo y esplendor a su querella, el presidente del PP canario ha propuesto al juez instructor, Alberto Puebla, titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Las Palmas de Gran Canaria, que llame a declarar como testigos a una serie de personas. La lista la encabezan unos cuantos miembros del Cuerpo Superior de Policía que han estado o están imputados por el muy mal amañado delito de revelación de secretos, es decir, contar a media humanidad qué cosas se investigan en tramas del PP como Faycán o Góndola. Pero la lista de testigos continúa con dos periodistas, el director de Canarias7, Francisco Suárez Álamo, y el director de esa misma publicación, la que Soria considera más objetiva a este lado del Mississippi, José Pepillo Mugica. Desconocemos la aportación que puedan hacer a la causa estas dos figuras insustituibles del periodismo canario, especializadas en justificar y dar amparo a las pobres almas cándidas perseguidas por corrupción, como el magistrado José Antonio Martín, Paquirrín, Jorge Rodríguez o el propio Soria. Y quedamos también en situación expectante ante lo que espera Soria de los testimonios de José Segura y Blas Acosta. Es el toque socialista, que debe venir bien para la causa.