El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Todas buenas menos algunas
Son los técnicos calificadores los que, aplicando criterios que vienen de las alturas, dejan fuera aquellas ofertas cuyas bajas respecto al presupuesto de licitación consideran desproporcionadas por ser superiores a las que incluyen los que siempre ganan. Este término, baja temeraria, ya está proscrito por orden de la Unión Europea porque todas las empresas están en su derecho de ofertar los precios que consideran más adecuados según sus capacidades técnicas o humanas. O ambas dos. Pero los técnicos portuarios, inspirados por una luz divina, deciden que rebajar el precio en un 23% es malo para la Administración, pero hacerlo en un 20% es mejor. Un portento. De este modo, empresas tan solventes como Dragados, Matías Marrero o Hermanos Santana Cazorla se ven imposibilitadas para acceder a adjudicaciones, porque o se pasan rebajando precios o se quedan cortos empatando con las favoritas del clan de Arnáiz. Y así no hay manera.
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