Pero, como saben, no fue sólo la farsa de las conclusiones eólicas lo que empuercó de mala manera la imagen del Parlamento esta semana. No se ha quedado atrás la cochinada a dúo interpretada por Coalición Canaria y el Partido Popular en su intento por sacar adelante, al precio que fuera (y lo del precio tiene su aquel) las 5.500 camas de excepcionalidad a la moratoria para cuatro proyectos de urbanizaciones turísticas. Poco a poco vamos conociendo más detalles de lo ocurrido tras la cólera en la que se instaló Soria al enterarse el miércoles que se le venía el quiosco abajo. Un informe gubernamental llegó a recomendar la posibilidad de que la Cámara acometiera las aprobaciones por separado, es decir, dejando aparte la polémica Anfi Tauro, plagada de anomalías. Lo hubieran agradecido los otros empresarios, fritos por desmarcarse de las sospechas. Pero CC fue inflexible a sabiendas de que Soria no lo admitiría: “O todas, o ninguna”. Que no toquen Anfi, que me lo arruinan.