Toñi Torres, concejal del PP en Telde y esposa del interventor municipal, conoce a la perfección la operación de la finca de San Rafael, que ya le está dando más quebraderos de cabeza de los que se esperaba. Dicen los que han visto el expediente que todavía están a tiempo de dar marcha atrás porque lo que tiene Santana Cazorla es una opción de compra, que materializará, suponemos, cuando los Reyes le firmen las escrituras de las parcelitas en La Mareta. A ver si no. Lo que no sabemos es si ya ha tomado cartas en el asunto el tercero de los Reyes, Antonio, ugetista de toda la vida, que no es concejal, pero asesora a sus hermanos y les ayuda a llevar la pesada carga de los maletines cargados de documentación que se genera en ese Ayuntamiento. Estas y otras cosas debía estárselas explicando la concejal Torres a Jorge Rodríguez la tarde de este jueves en la terraza-bodega El Toro, en la avenida de Mesa y López de Las Palmas de Gran Canaria. A Rodríguez, como siempre, se le veía muy interesado en las explicaciones que su contertulia le estaba ofreciendo. Luego, con su teléfono móvil, llamaría a Soria, que no tuvo lo que se dice un buen día. Por cierto, ni Larry tampoco, porque el colorcito salmonete que nos trajo de Fuerteventura se estaba tornando berenjena por momentos y no nos alegra nada el mal ajeno.