Del roce nace el cariño, y todos estos años de pacto entre Los Verdes y el PP en Santa Brígida han transformado la personalidad del concejal de Hacienda, Toñín Ramírez, hasta convertirlo en un personaje comprensivo y generoso, adaptado a la idiosincrasia política local, la del todo vale y soplagaitas el que no robe. ¿Se acuerdan de su combativa denuncia contra los ex alcaldes Carmelo Vega y Antonio Díaz y contra el actual, Lucas Bravo de Laguna, por eximir del pago de impuestos al non nato centro comercial del casco de la villa? Pues agárrense, que quince días antes de la celebración del juicio, previsto para el 15 de este mes en Penal 6 de Las Palmas de Gran Canaria, el concejal de Los Verdes, ex del PSOE, ha retirado la acusación dejando a la Fiscalía sola ante el peligro. Hace tiempo que desconfiábamos de la forma de andar de la perrita (es un decir) cuando el concejal retiró la acusación contra su actual alcalde, el Niño Bravo, del PP, al que sostiene desde esa trinchera tan poco reivindicativa y sí muy seguidista en que se han convertido los verdes satauteños. Pero de ahí a retirar la denuncia y la acusación por completo va un largo trecho. Esto significa que si la Fiscalía no lo ve, los 600.000 euros que se dejaron de ingresar por obra y gracia de una alcaldada, no tendrán responsable penal de ningún tipo.