Las huestes del emperador Marco Aurelio estaban eufóricas este miércoles. Han barrido de un plumazo la gaviota, y en algunas caras se notaba el alivio tras tantos años de aguantar impertinencias. Un par de militantes metieron carteles y papeles en unas cajas y llamaron a los del PP para que se lo llevaran todo del local que está a nombre del ex alcalde y de Antonio Martín Falcón. Mientras, en un lugar indeterminado, Fernando Toribio trataba de conformar su lista llamando a personas de aquí y de allá hasta ver si alcanzaba. Además de él, de Chana, del monitor de gimnasia y del joven de Salinetas, se da por hecho que tendrá a Ignacio Castelerio y a los que le manden de Las Palmas. Pero hacen falta más, y a ser posible conocidos. De momento, la hasta ahora ausente prudencia ha aconsejado a Toribio esperar a ver.