Ha sido absolutamente meteórica la respuesta de la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, que este jueves se reunió para analizar las declaraciones hechas el día anterior por el abogado, arquitecto, político y víctima del desastre de Justicia que tenemos Carmelo Padrón Díaz. Es una pena que tanta diligencia no se aprecie de modo más habitual en casos como el de Padrón y el de otros muchos administrados, pero en fin, no vamos a caer ahora en la demagogia fácil. El fondo de la cuestión es lo que realmente nos llama la atención: la salida fulminante del Tribunal Superior de Justicia de Canarias en defensa de su presidente, Fernando de Lorenzo, al que Padrón citó con su nombre y su apellido al afirmar que tiene “todo el derecho a pensar” que actuó contaminado por la política, que dilató en demasía la instrucción de su sumario cuando lo tuvo en su escritorio durante el muy apreciable tiempo de siete años. Siete, que se dice pronto.