Que la política hace extraños compañeros de cama es algo aceptado por todo el mundo, especialmente por los canarios. Hemos visto todo tipo de pactos y componendas, unos más llevaderos que otros, pero el que vamos a ver en Santa Brígida en el mandato que ahora comienza es para tararí y no echar gota. Recuerden: el PP recibe un premio del electorado por sus continuas trapisondas, su división interna y la imputación de gran número de sus concejales, y se queda a un escaño de la mayoría absoluta. Como no parece posible un todos contra el PP, los primeros que se han prestado a llegar a un acuerdo con el virtual alcalde, Lucas Bravo de Laguna, el Niño Bravo, son los del partido de Los Verdes. Los Verdes han sido muy críticos con la gestión del PP, partido depredador del medio natural casi por definición, que en el caso de Santa Brígida se ha concretado en numerosas imputaciones por presuntos delitos ambientales y por prevaricación urbanística. Vamos, el socio más apetitoso para un ambientalista.