Mientras el PSOE canario profundiza en su especialidad, la de pelearse y dividirse cuando mejor le van las cosas electoralmente, Ferraz hace sus cuentas y prepara algunos hitos en su línea de reforzar a López Aguilar y reconvenir a críticos como Jerónimo Saavedra. El alcalde de Las Palmas de Gran Canaria no descansa un solo minuto en su campaña de descrédito del secretario general, aún a sabiendas de que con esas escaramuzas hipoteca parte de su futuro y agota la poca paciencia que le queda a la Ejecutiva Federal del PSOE. El mismísimo Zapatero le llegó a recriminar personalmente que le hiciera las remodelaciones de Gobierno, en referencia a las oportunísimas declaraciones de Saavedra sobre cambios ministeriales, dimisión de Fernández Bermejo o, más en el terreno legislativo, sus opiniones públicas sobre la memoria histórica, entre otras ocurrencias. ZP clava sus dagas sonriendo, dicen quienes le conocen, y en Ferraz se da por hecho que Saavedra tiene muy difícil repetir como candidato a la alcaldía. Y se tronchan cuando alguien les insinúa si no será que el alcalde lo que realmente pretende es ser candidato a presidente de Canarias en 2011.