Lanzarote se acerca a los mares de todo el planeta con el festival de cine sobre los océanos más importante de Europa
Shobe tiene 13 años y se niega a repetir el futuro que sus padres eligieron para su hermana. Hacerse pasar por una mujer de 25 años y casarse con un hombre mayor no es una opción para ella. La joven de Bangladesh quiere ser la mejor surfera de su país. Cada paso que da revela su afán inquebrantable por conseguir sus metas, pero la pobreza que golpea el lugar en el que nació es uno de los obstáculos que debe sortear para cumplir sus objetivos. Esta es una de las cinco historias que el público de Lanzarote conoció este jueves en el estreno del International Ocean Film Tour, el mejor evento cinematográfico de Europa para los amantes del mar.
En este encuentro nada fue casualidad. Ni siquiera la localización escogida. Cerca de 500 personas asistieron al Auditorio de los Jameos del Agua. El artista conejero César Manrique hizo de este lugar una de sus creaciones. Todas ellas tienen un punto en común: el respeto y el protagonismo de la naturaleza. Los Jameos del Agua surgieron tras la erupción del Volcán de la Corona y son uno de los emblemas de la isla.
El vestuario y la bisutería de la presentadora, Deborah Salinas, también fueron un guiño a la temática del acto: el respeto a los océanos y al medioambiente. Uno de los vestidos de Salinas fue elaborado con redes rescatadas del mar y otro con una lona utilizada para presentar la anterior edición del encuentro.
Kinema Producciones es la productora encargada de traer a la isla de los volcanes la proyección de estos documentales que tienen un hilo común: el océano. La primera proyección fue The deep Med, de Laurent Ballesta. Cuatro biólogos se embarcan en una misión de buceo inédita para grabar y conocer especies nunca antes vistas en el fondo del Mediterráneo. Shobe surfs, la historia de la joven bangladesí dirigida por Elizabeth D. Costa, fue el segundo documental en proyectarse este jueves.
El segundo pase lo inauguró Into the Ice. Dirigido por Lars Henrik Ostenfeld, este corto muestra cómo un glaciólogo pretende descubrir los secretos de los glaciares de la Tierra con el fin de investigar cómo el deshielo afecta a los modelos climáticos. Le siguió la historia de Boris Herrmann, un regatista profesional que participa en la Vendeé Globe. En este reto no solo se enfrentó a las impiedades del océano, sino también a su propia mente. Para terminar, el festival proyectó Cold Water Therapy, la historia de tres jóvenes australianos que, cansados de la acumulación de gente en sus enclaves favoritos para hacer surf en su país, deciden coger olas en Alaska.
La era del plástico
Este año, el octavo volumen del festival contó con las conferencias de dos eminencias de Canarias en el ámbito medioambiental: Alicia Herrera Ulibarri y Ezequiel Navío. Herrera, bióloga e investigadora, centró su ponencia en cómo en pocos años el planeta ha pasado a vivir en la era del plástico. Un recorte de periódico recuperado por la científica mostró cómo los periódicos en los años 70 soñaban con “una vida de usar y tirar”. el 79% de los plásticos fabricados entonces aún siguen en el ambiente.
Uno de los estudios más destacados de Herrera fue ya publicado por este periódico y versa sobre la acumulación de basura en Alegranza, una isla virgen del Archipiélago Chinijo. La localización de Alegranza la convierte en el primer pedazo de tierra con el que se topan los desechos que se tiran al mar en otros puntos del mundo y los derivados del tráfico marítimo. Las etiquetas de algunos de los productos muestran que proceden de China, del norte de Europa y de Estados Unidos.
“En una cala de apenas cien metros hemos recogido 900 botellas de plástico”, explicó. Este tipo de residuos es uno de los principales contaminantes del océano de Canarias. En esta línea, otras de las investigaciones llevadas a cabo por Herrera y su equipo revelan que el 100% de las tortugas tratadas en los centros de recuperación tienen plástico en el estómago. Así como el 89% de las pardelas del Archipiélago.
Los 312 emisarios ilegales por el que las aguas negras salen al mar en las Islas también son una de las principales preocupaciones de los científicos. Por estas enormes tuberías salen, entre otras, toallitas o fibras sintéticas que terminan en los peces que luego se pescan para la alimentación. “El greenwashing no nos va a salvar. Lo hará la reducción del consumo de plástico”, concluyó.
El ambientalista y asesor en medioambiente Ezequiel Navío tomó el relevo. Desde hace más de 30 años, Navío trabaja sin cesar en la conservación y la protección del entorno natural. Durante su trayectoria ha luchado contra las mareas negras, desde la mayor de la historia, que afectó en 1992 al Golfo Pérsico, hasta la del Prestige en Galicia. En Canarias, también se enfrentó a la amenaza de Repsol, que pretendía implantar prospecciones petrolíferas en el Archipiélago.
En su ponencia, Navío aprovechó para resumir los principales problemas a los que se enfrentan las Islas en la actualidad en relación al entorno. Uno de ellos es la pesca furtiva. “Se ha perdido en los últimos 50 años el 90% de la producción pesquera en Canarias”, señaló. “Playas que antes eran paraísos ahora se han convertido en ceniceros”, criticó ante la permanente acumulación de colillas en las costas de la comunidad autónoma.
En este sentido, lamentó la importante presión humana que sufren las costas, la continua edificación de complejos turísticos de gran volumen a escasos metros del litoral, así como el atropello de cetáceos por barcos de pasajeros que se mueven a gran velocidad entre islas. “Parece que el océano se ha convertido en una autopista para ver quién va más rápido”, ejemplificó el especialista.
Por otra parte, apeló a la importancia de perseguir un desarrollo sostenible, y no contrario al cuidado ambiental de la región. “No podemos perseguir más carreteras, más tráfico, más puertos, más turismo, más vertidos. Vivimos de espaldas al mar. Lo usamos, pero no lo cuidamos. Tenemos que cuidarlo desde el amor y desde el cariño, porque es nuestro hogar”, aseveró.
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