Blanca Portillo apuesta por recuperar el teatro frente al espectáculo
La actriz Blanca Portillo abogó este miércoles por recuperar “lo que debe ser el teatro: seres humanos hablando de cosas que le pasan a los seres humanos”, frente a otros formatos que priman “el espectáculo”, “el colorido” o “los fuegos artificiales” sobre el texto y el trabajo de interpretación.
Un modelo de teatro por el que la conocida estrella, popularizada por su paso por la serie televisiva Siete Vidas, ha apostado asumiendo junto al también popular actor Helio Pedregal la producción de Afterplay, una revisión de dos clásicos personajes de Anton Chéjov obra del dramaturgo irlandés Brian Frell que, con una escenografía “minimalista”, inició este miércoles su gira por toda España.
Con el Paraninfo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, donde se estrenó la noche de este miércoles, como primer escenario de una gira cuyo éxito augura la buena aceptación que tuvo en Madrid, donde se presentó antes de su rodaje por salas de todo el país, Afterplay se mostrará al público sobre las tablas, en consecuencia con sólo sus dos protagonistas y “un café que no es más que una mesa”.
“No hay ninguna referencia de dónde estamos”, pese a que el texto sí que lo establece: un café de Moscú en el que, tras el hipotético transcurrir de veinticinco años de vidas paralelas, dos personajes clásicos de Chéjov, la sobrina Sonia del “Tío Vania” y Andrei, el paciente esposo de la vulgar Natascha que aparece en Las tres hermanas, insistió en ese sentido Blanca Portillo.
La actriz, que hizo estas declaraciones al presentar la obra en Las Palmas de Gran Canaria unas horas antes de su estreno, quiso matizar en cualquier caso que, pese a esa falta de ornamentos que hace que su Afterplay tenga “muy poco de espectáculo”, ya que sus protagonistas han pretendido “volver a lo que creemos que debe ser el teatro”, la reflexión que plantea se formula “con mucho humor”.
Un factor éste que hace posible que, aunque en escena se cuente la historia de “dos perdedores” cuyas vidas han estado marcadas por el dolor y la soledad, los espectadores abandonen “con buen sabor de boca” el teatro, en la medida en que ambos logran, desde el diálogo, aceptarse como son y afrontar la existencia con menos complejos y temores al final de la función, recalcó Helio Pedregal.
Blanca Portillo quiso subrayar, por otra parte, que, si bien el de Frell es un texto escrito de modo que “en absoluto hace falta haber leído Chéjov en la vida” para entenderlo, a quienes sí que conozcan la obra del clásico les dará “una oportunidad mágica de hacer realidad un sueño: el saber qué les habrá pasado a los personajes una vez que se acaba su historia”.
“Esa es una pregunta que muchos nos hemos hecho muchas veces” y que, merced a la iniciativa de Brian Frell, se ha convertido en “un imposible hecho posible”, apostilló.
La actriz insistió en alabar los resultados de la idea del autor irlandés, hasta el punto de que aseguró: “de hecho, Helio y yo ya estamos deseando saber qué les pasará a los personajes de Frell dentro de veinticinco años, cuando esperamos poder volver también a interpretarlos, para ver cómo les ha cambiado la vida después de su primer encuentro”.