Canarias aguarda el estreno de las 'Pasiones' de Gubaidulina y Golijov
El Festival de Música de Canarias se prepara para una de sus citas más esperadas: el estreno en España de La Pasión según San Juan de Sofía Gubaidulina, que mezcla el Evangelio y el Apocalipsis, y La Pasión según San Marcos del argentino Osvaldo Golijov, con un Jesucristo mulato que subraya el choque de culturas.
Según explica en una entrevista la musicóloga y asesora del Festival Rosario Álvarez, por primera vez se presentará en España “la mitad” del proyecto Passion 2000, impulsado por la Academia Bach de Stuttgart para conmemorar el 250 aniversario de la muerte del compositor de Leipzig, y que encargó a cuatro autores contemporáneos que hicieran una “pasión”.
Rosario Álvarez, que fue presidenta de la Sociedad Española de Musicología, explica que al investigar sobre la historia de estas composiciones para escribir un texto para el Festival de Música se vio “sorprendida” por la cantidad de “pasiones” que se escribieron en el siglo XX frente a su ausencia en la centuria anterior.
Muchos compositores contemporáneos de variada naturaleza se han interesado musicalmente por la pasión y muerte de Jesucristo, quizás porque en el siglo XX la Humanidad ha sufrido guerras y exterminio, y los músicos han recreado este dolor, apunta Álvarez.
“¿Qué otro texto habla del sufrimiento, del dolor y el desprecio si no es la Pasión?”, señala la catedrática de Historia de la Música de la Universidad de La Laguna, quien precisa que estas obras “están hechas para las salas de concierto, no son litúrgicas”.
Para el proyecto Passion 2000 se encargaron además obras al compositor chino Tan Dun y al alemán Wolfgang Rihm, que no se interpretarán en Canarias, y la idea era encargar “pasiones” en cuatro lenguas a músicos de áreas geográficas diferentes con total libertad.
La de la compositora rusa-tártara Sofía Gubaidulina será la primera que suene en España, el 13 de enero en el Auditorio de Tenerife en la versión de la Orquesta y Coro del Teatro Mariinsky de San Petersburgo bajo la dirección de Valeri Gergiev.
En ella Gubaidulina mezcla los textos del Evangelio, en los que se relata la Pasión de Cristo como hecho histórico, con los del Apocalipsis, que es atemporal.
Gubaidulina se enfrentó al obstáculo de que ella es de confesión ortodoxa, y en esta Iglesia no se incluyen instrumentos musicales, por lo que intentó adaptar este tipo de pasión dramática de la Europa occidental a su versión.
Para ella los textos del Evangelio que relatan la Pasión de Cristo son preguntas y los del Apocalipsis ofrecen la reacción ante ellas, aunque nunca la respuesta.
Rosario Álvarez señala que la Pasión según San Juan de Gubaidulina es muy espiritual y está en la línea de la tradición, pues al fin y al cabo este proyecto “realmente asombroso” trataba de conmemorar a Bach.
En la “Pasión” de Osvaldo Golijov, un compositor argentino de origen judío, se recrean elementos melódicos de canciones de Israel en una obra multicultural que mezcla ritmos afrocubanos, brasileños y argentinos con música popular urbana, con “huellas” de Astor Piazzola, Steve Reich o Stravinsky.
Se trata de una obra sincrética con modificaciones étnicas en la Pasión, pues Jesucristo es un mulato.
La primera interpretación española de la obra se realizará el 5 de febrero en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria en la versión de la Schola Cantorum de Venezuela, una formación que ha llevado la polifonía latinoamericana por todo el mundo, y que dirigirá María Guinand.
La recreación musical de la Pasión de Cristo se efectuaba en la tarde del Viernes Santo en el oficio luterano y podía durar varias horas, pues alternaba la música con el sermón.
De hecho, la Iglesia Luterana no permitió estas obras durante una época y en Leipzig fueron nuevamente autorizadas entre 1721 y hasta 1766, en plena actividad de Bach, para ser de nuevo suprimidas quizás porque había desaparecido el fervor y la piedad y el oficio se había convertido “en una fiesta”.
De acuerdo al legado de Bach, se sabe que escribió cinco pasiones y se conserva el texto completo de la de San Marcos, que se ha ido recomponiendo, pero se ha perdido la de San Lucas, pues hay una copiada por el cantor de Leipzig que realmente corresponde a Stoltz.
La primera Pasión que escribió Bach fue la de San Juan, en 1724, y tres años después compuso la monumental Pasión según San Mateo para doble coro y coro de niños en la iglesia de Santo Tomás de Leipzig.
Según explica la musicóloga, para Bach la Pasión según San Mateo era tan importante que hizo de ella un manuscrito con regla y compás en el que las palabras de Jesucristo estaban escritas con otra tinta.
“La copió primorosamente porque creía que era su obra maestra”, detalla.