La 'difusión cultural' aterriza en el Teatro Cuyás con 'Desordance3'

En tiempos como los que corren, a Dani Pannullo le asusta hablar de un concepto como fusión ya que, a su juicio, “acaba comiéndose las particularidades y detalles de cada una parte que la conforman”. Son tiempos de una “peligrosa fusión” a escala planetaria que amenaza con “destruir la multiculturalidad”. Por eso cree con firmeza que poner encima de un escenario a músicos islámicos, danzarines derviches (sufíes) y bailarines de break dance de España y Egipto no es, ni mucho menos, fusionar sino “difusionar”. “Soy un partidario de la difusión cultural”, sostiene Panullo.

“El resultante es algo que conserva intacta la esencia de cada una de las partes”, señaló este jueves el coreógrafo argentino a la hora de presentar su Desordances3 en el Teatro Cuyás. “El espectáculo es un juego de energías que se unen para formar algo nuevo”, destaca el también director del montaje que reconoce no ser un experto en hip hop, la base coreográfica de este Desordances: “Sólo he jugado con algunos elementos fundamentales de este lenguaje callejero y los hemos reinventado combinándolos con las otras tradiciones que se ponen sobre el escenario”. Ya han triunfado en Egipto, Madrid o Zaragoza. Ahora esperan hacer lo propio sobre las tablas del Cuyás. Las entradas para asistir a Desordances3 ya están a la venta en las taquillas del Teatro Cuyás, en la página web del recinto escénico (www.teatrocuyas.com) y a través del teléfono 902 405 504.

Un espectáculo “muy joven y enérgico”. Este es el resultado de la fusión en palabras de Gonzalo Ubani, director artístico de Teatros del Cabildo. Ubani resaltó que la plástica de la danza sufí o la música árabe “combina de manera sorprendente” con el break dance y que el resultante es un cuadro “muy atrayente” que resume “la capacidad de Pannullo para sacar rendimiento a mezclas que pueden parecer imposibles”.

“Mezcla sin distorsión. Ese es el secreto y, a la vez -prosigue Ubani- el enorme reto” que Pannullo asume desde el “respeto”, premisa fundamental de su trabajo. Un ejemplo ha sido trascender el significado religioso de la danza del derviche y centrar el lenguaje en su “carácter cultural”. “Sólo de esta manera se puede abordar este tema sin problemas. Egipto es un centro de estudio religioso muy importante para el Islam y allí el espectáculo ha gustado gracias al respeto”, señala.

Desordances3 es un gran mosaico formado por pequeñas piezas de baile de escasa duración que tienen al diálogo entre culturas como eje fundamental. “Es un acercamiento entre las dos orillas de un mismo mar donde conversan en armonía Oriente y Occidente”, señala Pannullo, quien resalta el enorme contraste que existe entre “el lenguaje rabioso de la calle” y la armonía del baile sufí, una forma de “buscar una conexión con las fuerzas que rigen el Universo”.

Un lenguaje que “no chirría”, según manifestó el b-boy Manuel Forner: “Al principio, puedes suponer que la música árabe puede estar un poco fuera de lugar con las coreografías, pero el resultado es muy bueno. Tiene armonía. Y creo que es porque parte del lenguaje sincero entre diferentes culturas”, destaca. “En el escenario hay derviches, y bailarines callejeros egipcios y españoles creando algo juntos. Eso es mezcla de culturas”, finalizó.

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