La Guerra Civil, “sin maquillaje”

MADRID, 22 (EUROPA PRESS)

“La cámara es la prolongación del ojo del fotógrafo”, “hay que correr, no importa que la imagen esté borrosa”, son “imágenes patrimonio de todos”. Estas son algunas de las frases que se escuchan en el documental 'Héroes sin Armas. Fotógrafos españoles en la Guerra Civil', con guión y dirección de Ana Pérez de la Fuente y Marta Arribas y producido por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC) en colaboración con La Fábrica, en el que se rescata del olvido el trabajo “”arriesgado“ de cuatro fotógrafos que retrataron ”sin maquillaje“ la realidad de la Guerra Civil.

Así lo señaló Soledad López, presidenta de la SECC, en la presentación de este documental que narra la historia de los primeros foto reporteros españoles a través de cuatro amigos -Alfonso, Luis Marín, Pepe Campúa y José María Díaz Casariego- que coincidieron en la afamada revista Mundo Gráfico en los años 20 y de cómo la Guerra Civil cambió el curso de sus vidas y sus respectivas carreras profesionales para siempre.

Un ejercicio de investigación que revela por primera vez la labor de estos fotógrafos y el destino de unas brillantes fotografías de guerra que, una vez acabado el conflicto, fueron confiscadas o guardadas en sus domicilios hasta nuestros días.

El documental se presenta junto a una publicación que recupera muchas de las imágenes de la primera generación de reporteros gráficos y textos elaborados por el comisario de arte Horacio Fernández, el historiador Fernando García de Cortázar y el crítico Francisco Carpio.

SILENCIO, PERO NO OLVIDO

Soledad López reconoció en estos protagonistas de la Historia de España a “auténticos héroes, relatores de lo que pasaba en aquella época y que hicieron fotos espléndidas a pesar de tener que llevar cámaras enormes y poco manejables”. “Muchos se ocultaron y guardaron silencio pero no olvidaron”, apostilló.

Por su parte, Marta Arribas, una de las directoras de este documental, explicó que al iniciar este trabajo se preguntaron dónde estaban los fotógrafos españoles cuando estalló la Guerra Civil. “Alfonso, Luis Ramón Marín, Pepe Campúa y José María Díaz Casariego era los cuatro más conocidos en los años 20 y con ellos es posible remontarnos a los principios de la fotografía”, dijo incidiendo en el hecho de que “aquí también hemos tenido nuestros Capa”.

Arribas señaló la labor, en algún caso “detectivesca”, que han hecho para poder dar cuerpo a este documental dado que al terminar la contienda la labor de estos fotógrafos “se diluyó” aunque finalmente se han rescatado muchas de las fotografías e implicado a algunos familiares de los protagonistas.

Es el caso de Lucía Ramón, hija de Luis Ramón Marín, quien apenas conoció a su padre, pues murió cuando ella tenía solo dos años, según relató ella misma. “Lo que sé de él ha sido gracias a Alfonsito (hijo de Alfonso) pues era muy amigo suyo. Puedo decir que mi padre era una persona muy arriesgada y avanzada y que la pasión por la fotografía le llevó a dejar su profesión de perito agrícola”, señaló.

Asimismo, Lucía Ramón afirmó que ella siempre supo de la existencia del archivo fotográfico de su padre (con unos 18.000 documentos gráficos). Su hijo Marcos Boleas recordó que el legado de su abuelo se halla en depósito en la Fundación Pablo Iglesias y que antes de la Guerra Civil, Marín publicaba un millar de fotos al año. “Lo que queda ahora son los descartes, lo que en teoría no valía para publicar”, apuntó.

“Son descartes y son excepcionales”, aclaró Marta Arribas explicando que Marín guardó este legado “cuidadosamente en cajas” en su casa antes de fallecer en 1944.

OTROS LEGADOS

Respecto al caso de los otros cuatro protagonistas de este documental, el de Alfonso es el más conocido de todos puesto que como retratista, él y su hijo, tuvieron una gran popularidad. “A ambos se les quitó el carnet de la profesión y sólo se les permitió dedicarse al retrato tras la guerra, pero su archivo permaneció oculto y, a la muerte de Franco la familia lo donó al Ministerio del Interior”, explicó Arribas.

Por su parte, Pepe Campúa, fundador de Mundo Gráfico, tuvo un triste final cuando en el año 36 le sacaron de su casa y al día siguiente su cuerpo apareció en la calle con un tiro en la cabeza. “Su archivo lo saquearon y lo quemaron y lo que tenemos ahora es el archivo (que se conservaba en un sótano) de su hijo, quien logró huir a Alicante y se incorporó al bando franquista como corresponsal de guerra”, dijo la directora del documental.

Con Díaz Casariego la búsqueda requirió un verdadero trabajo de investigación. Su archivo fue requisado por las autoridades franquistas y desapareció prácticamente en su totalidad. Sólo se ha conservado un amplio conjunto de fotografías sobre la Guerra de África (1921-15) que la agencia Efe compró a su viuda en 1977.

Díaz Casariego, que murió sin descendencia, fue afín a la causa republicana pero se salvó de una condena a muerte porque conocía a Franco y al general Mola, aunque su carrera quedó relegada a la de un oscuro funcionario de la Hemeroteca Municipal dedicado al microfilmado de publicaciones, Muchas de ellas también contenían sus propias fotos y ahora están recuperando poco a poco ya que no están inventariadas.

El estreno de este film tendrá lugar mañana en la Academia de Cine dentro de un pase de documentales programado por la SECC en el marco de La Noche de los Libros.

(EUROPA PRESS)

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