Vigencia de la rebeldía adolescente en 'Um amor de perdiçao'
El joven actor portugués Tomás Alves defendió este martes la vigencia del sentimiento rebelde de los adolescentes en tiempos de la globalización al presentar su primer largometraje, Um Amor de Perdiçao, de Mario Barroso, en el Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria.
Un certamen internacional en cuya sección oficial compite por el premio máximo, la Lady Harimaguada de Oro, la obra del realizador luso, creada a partir de la novela clásica del mismo nombre de Camilo Castelo Branco, una obra editada en 1862 pero cuyo mensaje, cargado de la rebeldía propia de los jóvenes que nace, en este caso, de un amor, sigue siendo actual, sostuvo Tomás Alves.
El joven protagonista del filme, que a sus 19 años confesó que obtuvo el papel de forma inesperada y cuando casi había desistido de intentarlo, animado por una amiga que sí que fue invitada a las pruebas para la película y le dijo que le acompañara en el último momento, insistió en que el de Um Amor de Perdiçao es un mensaje “que todas las personas pueden entender”.
El de la obra de Mario Barroso es, de hecho, según argumentó el actor, “el amor de una adolescencia que va, un poco, contra todo lo que está impuesto; la energía de los jóvenes y la revuelta interior que va contra todo el sistema que le rodea”.
Una suerte de revolución que destacó que, tanto en el libro, cuya trama es una de las numerosas versiones de Romeo y Julieta existentes en la literatura universal, como en la película, y especialmente en ésta, se articula “siempre en función de ese amor platónico que no llega a existir realmente”.
Algo que el director del filme ha querido expresar gráficamente, según recalcó el actor, haciendo que el personaje de su amada de ficción, “Teresa, siempre que aparece, aparece con algo delante, porque es más un amor platónico que de realidad, más de contacto físico y eso”.
De hecho -insistió-, “el texto clásico pasa más por el amor, el amor prohibido de estos dos jóvenes, porque sus familias se detestan y se pelean, pero este amor en la película está mucho más en imágenes”.
La idea queda ya patente desde la sinopsis del que es el segundo largometraje de Mario Barroso, en la que se invita al espectador a cuestionarse “¿existe Teresa, o es apenas una idea, una imagen, un reflejo?”.
Y se concluye: “Teresa es una aparición. Un pretexto para una revuelta amorosa y violenta, para un amor de perdición”.
Preguntado por si hoy siguen vigentes esas ansias de revolución juveniles que plantea su personaje, a pesar de la globalización, Tomás Alves opinó que quizás es más difícil ahora optar por esa rebeldía, porque “hay tanta información que no podemos irnos por un camino, hay varios que podemos escoger”.
“Y eso también nos revoluciona, porque nos sentimos un poco confundidos, a lo mejor”, prosiguió el actor, que, desde su parecer, añadió: “pero creo que es un texto actual, y que todos los adolescentes y todas las personas pueden entender esa revuelta de los jóvenes y de ese joven”.
