Binter, una huelga en punto muerto
Después de más de cinco meses de huelga, la posible paz entre los pilotos y la compañía aérea Binter Canarias está cada vez más lejos. Mientras trabajadores y empresa se culpan mutuamente de romper las negociaciones en el último momento ?el pasado 17 de septiembre estuvo a punto de firmarse un preacuerdo-, ambas partes tampoco coinciden respecto a las consecuencias que el paro tiene sobre los usuarios: la compañía afirma que “no está afectando para nada” y el sindicato de pilotos (SEPLA) sostiene que los pasajeros sufren los continuos retrasos de las compañías aéreas que colaboran con Binter.
Así las cosas, hoy por hoy, el conflicto ha entrado en un punto de estancamiento sin que, de momento, se vislumbre una solución. Los trabajadores siguen exigiendo que la dirección de Binter les garantice su futuro dentro de la compañía. Demanda que, según la empresa, carece de sentido pues los puestos de trabajo de los pilotos nunca han corrido peligro.
En lo único en que sí coinciden ambas partes es que, a medida que pasa el tiempo, la huelga va perdiendo fuerza. Por un lado, los pilotos admiten que cuanto más se alarga el conflicto “nosotros vamos perdiendo capacidad de reacción” y, por otro lado, la compañía se muestra convencida de que la repercusión del paro ha quedado sin efecto y ha entrado en un callejón “sin salida”.
Negociaciones, rotas desde septiembre
Respecto a la ruptura de las negociaciones en septiembre pasado, trabajadores y empresa tienen una visión totalmente opuesta. Por un lado, el portavoz de SEPLA en Binter Canarias, Jaime Hernández, asegura que fueron los representantes de la compañía los que, en el último momento, quebraron el preacuerdo que estaba a punto de ser firmado. “Los principios básicos que se habían acordado verbalmente semanas antes, en absoluto quedaban plasmados en el documento que pretendían que firmásemos”.
Por su parte, el director de Comunicación y Relaciones Institucionales de Binter Canarias, José Luis Reina, sostiene que el documento no se llegó a firmar debido a las presiones que recibieron los representantes del SEPLA en Canarias por parte de sus propios compañeros del SEPLA en Madrid. “Ahora mismo existe una lucha” en el seno de este sindicato de pilotos, opina Reina.
“Externalización” galopante
El motivo de la huelga “nunca ha sido querer cobrar más o trabajar menos, sino garantizar nuestro futuro dentro de la empresa”, puntualiza Jaime Hernández. En este sentido, el portavoz del SEPLA alega que la política emprendida desde hace algún tiempo por la empresa tiende a la externalización total de la producción. En un principio, según Hernández, tan sólo el 30% de la producción de Binter Canarias la llevaban a cabo otras empresas -Naysa y Futura, fundamentalmente-, mientras que hoy día este porcentaje se eleva ya hasta el 65%. “La dirección de Binter Canarias continúa externalizando la producción y vaciando de contenido nuestra labor dentro de la empresa”.
Como dato, Jaime Hernández dice que los 12 aviones que antes tenía la compañía se han reducido a 9, de los que tres son de Naysa. Además, está previsto que en los próximos 18 meses se incorporen a la flota otros dos aparatos que empezarán a funcionar “con personal de Naysa”.
Frente a estos argumentos, José Luis Reina niega una política de externalización dentro de la compañía Binter Canarias y recuerda que esta empresa trabaja desde hace ya bastante tiempo con Futura -“tres años”- y con Naysa -“mucho más aún”-.
Sobre las garantías de futuro que reclaman los pilotos, Reina es tajante cuando dice que “desde las primeras reuniones, siempre hemos garantizado los puestos de trabajo” asegurando que no habrá “ni despidos ni expedientes de regulación de empleo (ERE)”. Una promesa que Binter Canarias avala firmando con los sindicatos una indemnización de 60 días por año trabajado, en lugar de los 22 días recogidos en el convenio colectivo. “Esta cláusula supone que a la empresa nunca le va a convenir despedir a nadie ni plantear un ERE”, explica el directivo de Binter.
Repercusión dispar, según quien la evalúe
En cuanto a cómo está afectando esta huelga a los usuarios de la compañía Binter Canarias también existen discrepancias entre las dos partes del conflicto.
Por un lado, la compañía asegura que el paro de los pilotos “no está afectando para nada” a los pasajeros. Afirmación para la que se remite a las últimas cifras aportadas por AENA: “según estos datos, el índice de puntualidad de los vuelos es del más del 90% y los índices de ocupación de pasajeros han vuelto a subir y a equipararse a meses sin conflicto”.
José Luis Reina explica además que la huelga apenas afecta a 10 de sus 170 vuelos semanales. En concreto son sólo ocho vuelos -cuatro de ida y cuatro de vuelta- los que se han desprogramado y ya no se ofertan al cliente de Binter.
Por contra, Jaime Hernández sostiene que los usuarios, más que sufrir las consecuencias de la huelga, están sufriendo las secuelas de esa política externalización. El ciudadano que compra un billete para volar con Binter y al final lo meten en un avión de Naysa o Futura, “ está pagando lo mismo por un servicio de menor calidad, sin todas las garantías de profesionalidad y, lo peor, sin ser informado de ello”.