La construcción de vivienda libre descendió a la mitad en las provincias canarias
El número de viviendas libres iniciadas se redujo en 2008 en España un 37,8%, sobre todo en Tarragona, Barcelona y Málaga y, en general, con mayor intensidad en las provincias costeras, como Canarias, donde esta actividad cayó un 52,6% en la tinerfeña y un 44,3% en Las Palmas, y sólo aumentó en Badajoz, Teruel, Vizcaya y Guipúzcoa.
Unos datos que están recogidos en un informe sobre el ajuste de oferta de construcción residencial y su impacto en el mercado de trabajo redactado por Caixa Catalunya.
Según este estudio, el cambio de ciclo inmobiliario y el ajuste en la oferta en construcción residencial comenzó 2007, año en el que se modificó por completo el anterior panorama.
Al propio reajuste interno, después de años de fuerte expansión, se unió el estallido de la crisis financiera internacional en el verano del pasado año.
De este modo, el encarecimiento del coste de financiación, el deterioro en el mercado laboral y el aumento de la incertidumbre condujeron a una intensa corrección de la demanda de vivienda, sobre todo en el segmento de la segunda residencia, lo que repercutió en un menor ritmo de inicio de construcciones.
En 2006 se iniciaron 664.924 viviendas libres, cifra que retrocedió hasta 413.298 en el periodo comprendido entre julio de 2007 y junio de 2008, con una reducción del 37,8%.
La caída ha sido generalizada en todo el territorio, aunque de las 50 provincias analizadas (todas excepto Ceuta y Melilla), sólo un tercio exhiben indicadores con descensos superiores a la media.
La mayor bajada se constata en Tarragona (-58,2%), seguida de Barcelona (-55,4%) y Málaga (-55%).
Por el contrario, cuatro provincias experimentaron subidas, de manera más llamativa en Badajoz (67,4%) y Teruel (20,7%).
El estudio pone el acento en que los mayores descensos se registran, sobre todo, en zonas costeras, habida cuenta de que de las trece provincias con mayor retroceso, nueve tienen salida al mar.
Así las cosas, Caixa Catalunya certifica que el final de la fase extraordinariamente expansiva de la construcción repercutió de manera más significativa en los centros turísticos de costa y otras áreas de segunda residencia.