La mitad del coste de los proyectos industriales se lo lleva el terreno
Anda empeñado el Gobierno de Canarias en dotar a las Islas de una estructura industrial fuerte y competente que ayude, entre otras cosas, a generar miles de empleos, diversificar la dependiente economía canaria y, como consecuencia de todo esto, hacer que suban los salarios en general. Pero también es consciente de que se enfrenta a un gran problema: la escasez de suelo, que hace que, en muchos casos, casi el 50 o el 60% del coste de un proyecto industrial sea precisamente el terreno, según ASINCA.
Aprovechando la visita del ministro de Industria, Joan Clos, a Gran Canaria el pasado miércoles, el presidente de la Asociación de Industriales de Canarias (ASINCA), Pedro Ortega, hizo un recorrido por los principales problemas que afectan a este sector económico.
Entre las múltiples quejas destacó la falta de suelo industrial y sorprendió la respuesta del ministro: “No creo que haya problemas especiales para encontrar medidas”. Si bien no dijo que fuera a dar con la solución, sí que dijo que no debería por qué haber problemas especiales para buscarla.
Así, se comprometió a dar respuesta a la petición que Ortega hacía, esto es, que sirviera de árbitro entre las distintas administraciones competentes para formar una mesa de diálogo que dé con la solución de la falta de suelo. “Le he pedido al ministro que haga de árbitro y que todas las administraciones constituyan una mesa de diálogo y se resuelva el problema de Canarias”, declaró Ortega.
“El Tratado de Ámsterdam reconoce que somos una zona pequeña y fragmentada, la orografía ayuda a que ese terreno sea aún más pequeño, porque no todo el terreno es útil, si además tenemos en cuenta que hay un gran parte de terreno protegido para el medio ambiente entonces llegamos a la conclusión de que en Canarias casi no existe el terreno industrial”, se quejó Ortega, exponiendo el problema.
Hay que tener en cuenta que casi la mitad del territorio canario (41,59%) es suelo protegido y, el poco terreno que queda urbanizable debe competir con otros usos que no son exclusivamente el industrial.
Energías renovables
Por otro lado, otras de las quejas planteadas por Ortega al ministro tuvo que ver con el Real Decreto ministerial que reduce los incentivos a la inversión en energías renovables, algo que según Clos no es cierto ya que, afirma, los incentivos incluso subirán cuantitativamente si lo comparamos con el efecto que tendrá la subida del petróleo en los sistemas energéticos convencionales.
Para Ortega, ante esto, sólo cabe “sperar a que sea así y se apueste por las renovables porque si no, no cabe duda de que no cumpliremos Kyoto y ser dependientes del petróleo crea los problemas que hemos vivido, como la subida disparada de los precios del transporte”.
