Tenerife ha multiplicado por cuatro el número de turistas en 30 años
La isla de Tenerife cuenta en 2007 con 60.636 plazas alojativas. En 2006, el número de turistas alojados en la isla fue de 5.450.000, mientras que el de plazas hoteleras y extrahoteleras de 185.000. Esto viene a demostrar que el número de turistas se ha multiplicado por cuatro en casi tres décadas y el número de plazas alojativas por tres.
Con estos datos, en la actualidad, se plantea si ha llegado el sector turístico a su tope y si son necesarias más plazas hoteleras, si hay que mejorar la calidad de lo que se ofrece al visitante para que gaste más, etc. Los datos objetivos, extraídos de una estadística de Turismo de Tenerife, muestran que el número de visitantes que se han alojado en Tenerife ha ido en aumento en todos estos años y lo que ha descendido es la estancia media del turista que llega a la Isla. Se ha pasado de los más de diez días de estancia a ocho.
Hasta la década de los 70, Tenerife sólo contaba con el Puerto de la Cruz como principal destino turístico, en esos años comenzó a surgir Playa de Las Américas y a crearse lo que es ahora el principal motor turístico de la Isla, el Sur: Las Américas, Los Cristianos, etc.
En 1978, había unas 34.000 plazas hoteleras y unas 26.000 extrahoteleras. Con el tiempo el número de apartamentos fue superando al de hoteles. El año en que se batió récord en cuanto a plazas extrahoteleras fue 2003, en el que superó las cien mil. Pero en los últimos cuatro años ha descendido la cifra de esas plazas y ha aumentado el de hoteles. De hecho, en 2006, había 86.000 hoteleras y 98.000 extrahoteleras.
Turistas
Respecto al número de turistas, hace casi treinta años unas 946.000 personas se alojaban en hoteles de la Isla, mientras que unas 400.000 en apartamentos. En 2006, tres millones de visitantes se hospedaron en hoteles y 2.300.000 en apartamentos.
Las pernoctaciones han pasado de 13 millones en 1978 a casi 44 millones en 2006. Y las estancias medias de los turistas han descendido. Si hace tres décadas se quedaban una media de entre nueve y casi once días, en la actualidad la estancia es de entre una semana y ocho días, muy lejos de los 10,77 de estancia media del turista que vino a Tenerife en 1986.
Lo que sí ha aumentado es el índice de ocupación, tanto de los establecimientos hoteleros como extrahoteleros. Se ha pasado de un 59,14% de ocupación a un 65%.
Gran pacto
Todos estos datos sirven para reflexionar en un momento en el que el sector turístico, a juicio de los promotores, patronales hoteleras, etc. no vive su época de esplendor. Hace unas semanas el consejero de Turismo del Cabildo de Tenerife, José Manuel Bermúdez, propuso durante la conferencia inaugural del III Congreso de Turismo de Tenerife “un gran pacto por la promoción de Tenerife” con el objetivo de garantizar que “la isla siga siendo uno de los destinos mejores y más atractivos del mundo”.
Bermúdez apuntó que a pesar de los datos positivos de 2006, el modelo turístico de la Isla presenta “algunos problemas que nos preocupan y nos ocupan”. En esa línea, recordó que ha descendido el número de turistas en este 2007 un 2,8% con respecto a 2006, que hay un exceso de oferta alojativa y que las infraestructuras necesitan renovación.
En ese mismo marco del III Congreso de Turismo de Tenerife, el promotor turístico y fundador de Playa de Las Américas, Santiago Puig, aseguró que la situación “delicada” que atraviesa el Turismo en Tenerife y en Canarias se debe a “una suma de errores de todos. Los promotores, los empresarios y los políticos”. Según Puig, los primeros “han pensado más en la volumetría y no en la calidad que se ofrece al turista y la Administración sólo ha utilizado el turismo para ganar votos”.
Santiago Puig sostuvo que si Tenerife no tiene un buen producto “es por la deficiencia de los empresarios y políticos”. Dijo que el turismo de lujo, al igual que el barato, “no viene o sale descontento de la Isla porque la relación calidad precio en estos momentos es negativa”.
Opinó que para salir de esta situación delicada “todos debemos arrimar el hombro y asumir responsabilidades”, ya que en el turismo es donde está el verdadero desarrollo y bienestar de Canarias “y no quiero que mis nietos tengan que emigrar a Marruecos o al Caribe a trabajar”, aseguró. Lo que está claro es que tarde o temprano se sabrá si realmente Canarias y Tenerife está viviendo una auténtica crisis turística.