La Gomera: Una isla llena de senderos
La red de senderos con la que cuenta en la actualidad La Gomera es uno de sus principales atractivos y funciona a la perfección como polo de atracción de visitantes amantes de este tipo de ocio.
Hablamos de un conjunto de caminos que en su origen sirvieron como vías de comunicación entre pueblos y que en la actualidad son recorridos por miles de turistas cada año.
Los senderos de La Gomera son balcones desde los que se puede disfrutar de forma pausada de los inigualables paisajes de la Isla: sus escarpados barrancos, vegetación salvaje o las pequeñas playas de arena negra. Un espectáculo que es posible observar y disfrutar mientras se da un sano pateo a través de estos legendarios caminos.
El presidente del Cabildo, Casimiro Curbelo Curbelo, confiesa sentirse especialmente orgulloso del trabajo realizado durante los últimos años en un campo en el que la Isla fue pionera.
Curbelo adelanta que La Gomera participará en la feria Tournatur que tendrá lugar a principios de septiembre en la ciudad alemana de Düsseldorf en la que se promocionará este tipo de oferta turística.
El presidente indica que La Gomera desde un primer momento ha sabido subirse a la ola del turismo ecológico relacionado con la naturaleza y el paisaje. Dentro de este segmento los caminos reales se han convertido en elementos esenciales muy apreciados por los turistas, algunos de los cuales vienen a la Isla atraídos por la posibilidad de recorrerlos.
Sostiene Curbelo que la labor de acondicionamiento y señalización emprendida en los últimos años desde el Cabildo con la colaboración de los ayuntamientos permite andar por ellos en condiciones de plena seguridad, dado su buen estado.
Estos senderos también son llamados caminos de herradura y reales, y recorrerlos en la actualidad se ha convertido en una de las principales opciones con las que se encuentran los turistas que visitan la Isla.
De esta manera en espacio de no demasiado tiempo lo que en el pasado sirvió como vía de intercambio de mercancías y comunicaciones, hoy se ha transformado en una oferta enfocada al ocio, al contacto con la naturaleza y a la saludable práctica del ejercicio físico.
Su antigüedad queda demostrada en los vestigios que los andantes se van encontrando durante el recorrido. Todo ello nos hablan de otros tiempos y culturas y ratifican a quienes los contemplan que están en una Isla particular, diferente y con personalidad propia.
La red de senderos está constituida por cuarenta rutas que se extienden a lo largo de 600 kilómetros de vías circulares y lineales. La mayoría se encuentran en un estado óptimo de conservación, gracias a las labores emprendidas por el Cabildo y ayuntamientos durante los últimos años.
De estos apenas dos caminos tienen una dificultad alta en cuanto a recorrido, la gran mayoría es media y uno presenta una complicación baja.
Los principales senderos coinciden con el espacio que ocupa el Parque Nacional de Garajonay y desde aquí se expanden al resto del territorio insular. Los circulares son los que rodean La Gomera y los lineales los que enlazan a estos entre sí.
El Cabildo también gestiona un Aula de la Naturaleza ubicada en el caserío de El Cedro, en las inmediaciones del Garajonay, que es utilizada para reunir grupos que realizan actividades de educación ambiental.
En las cercanías existe un taller ambiental, una instalación dotada de exposición, viveros y huertos, que lo convierten en un lugar ideal para desarrollar actividades educativas en grupo. El propio Parque también cuenta con su programa de educación ambiental permanente, dirigido tanto a la población local como a los visitantes.
Los planes de empleo que anualmente se impulsan desde el Cabildo tienen al acondicionamiento de estas rutas como una de sus principales tareas. Por ejemplo, el año pasado se llevó a cabo el acondicionamiento de veintiséis senderos repartidos por toda la Isla, para lo que se contó con un presupuesto de casi dos millones de euros.
¿Resultado? Una vez más fue posible proceder a una mejora notable en estos espacios naturales y en las conexiones en medianías y los caseríos de este entorno.
Primeros pasos
Los primeros pasos efectivos para configurar esta red de senderos con fines turísticos se dieron en el año 2009. En aquel entonces la idea era atraer a los numerosos senderistas europeos aficionados a esta actividad. Por esas fechas se empezó a rehabilitar, planificar y crear una red de caminos, miradores y albergues. Con la perspectiva que da el tiempo lo cierto es que la iniciativa resultó un éxito y acierto absoluto.
En aquel entonces se contó con un presupuesto de cinco millones de euros repartidos en varias anualidades gracias a un convenio firmado entre el Cabildo y el Gobierno central. Según transcurría el tiempo ha sido mayor el número de rutas que se han podido ir incluyendo en esta lista, hasta sumar ya los actuales 600 kilómetros.
El decreto del Gobierno autónomo por el que se creó la Red Canaria de Senderos en el año 2005 fijaba las condiciones para su homologación. Hasta entonces esta actividad turística funcionaba por la propia iniciativa del visitante y de algunas agencias.
Pero una vez que se ha consolidado y regulado, La Gomera se ha convertido en uno de los mejores destinos para esta práctica de turismo activo. Todo ello a su vez ha permitido obtener recursos para mantener este enorme y valiosísimo patrimonio histórico que se encontraba en mal estado tras la construcción de las vías modernas.
En una primera fase con fondos europeos Regis se intervino en 28 vías y partir de aquí se fue avanzando de forma progresiva en un número mayor de caminos reales. No sólo se trataba de su limpieza, sino también de fijar una señalización homologada en el ámbito internacional que ofreciera la seguridad a los caminantes de que no se iban a perder.
Entre los años 2010 y 2011 se llevó a cabo un inventario a través de los Sistemas de Información Geográfico (SIG), acompañado de un reportaje fotográfico, clasificación y valoración general del estado de los caminos. Las conclusiones obtenidas ratificaban el valor de este recurso pero también la necesidad de intervenir para recuperarlo.
Desde un principio se descartó la posibilidad de encorsetar al turista a un pequeño número de rutas homologadas. Esta alternativa no recogía la realidad de La Gomera ni explotaba todas sus posibilidades y diversidades. En aquel entonces los objetivos que se fijaron fue ordenar esta práctica con fines de conservación de los recursos naturales, promover el disfrute y conocimiento de la naturaleza y además aprovechar este tipo de turismo como impulso de las zonas rurales.
Desde un principio se planificó que la red debía articularse a partir de dos senderos principales que funcionan como esqueleto de la red y que están incluidos en la Red de Caminos Naturales de Interés Nacional de España.
Estos serían el Camino Natural Cumbre de La Gomera, de 44 kilómetros que recorre transversalmente por la cumbre toda la Isla desde el casco de San Sebastián hasta el de Vallehermoso y donde adquiere un protagonismo excepcional el Parque Nacional.
Luego está el Camino Natural Costas de La Gomera de 144 kilómetros que circunvala la Isla atravesando todos los municipios y principales núcleos de población. Y a partir de aquí se enlazan todos los restantes en una ordenada conexión que rodea y envuelve a La Gomera.