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La ampliación de la UE será más difícil tras la entrada de Bulgaria y Rumanía

La entrada este lunes de Bulgaria y Rumanía en la Unión Europea (UE) abre un nuevo periodo en el que las futuras ampliaciones dependerán de una reforma institucional de la UE y de un cumplimiento más estricto de las normas comunitarias.

En su última cumbre en Bruselas el 15 de diciembre, los líderes de la UE vincularon la continuación del proceso de ampliación a la reforma de las instituciones comunitarias, paralizada desde el rechazo al proyecto de la Constitución europea en sendos referendos en Francia y Holanda en 2005.

La Constitución debía hacer posible el funcionamiento eficaz de la UE tras la incorporación de Bulgaria y Rumanía, con la que la UE pasará a contar con 27 Estados miembros y 492,8 millones de habitantes, mientras que sus fronteras se extenderán hasta orillas del Mar Negro.

“Las actuales instituciones no bastan para proseguir la ampliación”, ha señalado la canciller alemana, Angela Merkel, que ejercerá la presidencia de la UE en el primer semestre de 2007, cuando prevé presentar propuestas para desbloquear la cuestión constitucional.

El debate arrancará en firme bajo mandato de Berlín, pero no se espera que concluya hasta dentro de un año y medio o dos.

La derrota de la Constitución, atribuida en gran parte al cansancio de la opinión pública con una ampliación demasiado rápida a diez países en 2004 -entre ellos ocho del antiguo bloque soviético- y la experiencia de Bulgaria y Rumanía han llevado a la UE a replantear su estrategia de ampliación.

Bulgaria y Rumanía estarán sometidas a las mayores restricciones impuestas a cualquier nuevo miembro de la UE debido a sus dificultades para cumplir con los criterios comunitarios, especialmente en materia de justicia y lucha contra la corrupción, y se enfrentan a posibles sanciones como la congelación de fondos comunitarios si no son gestionados adecuadamente.

La entrada de los dos antiguos países socialistas, a pesar de sus problemas, se debe tanto a intereses políticos como al compromiso alcanzado por la UE en 2002 para que tuviera lugar durante 2007, por lo que Bruselas se ha propuesto endurecer a partir de ahora las condiciones para futuras ampliaciones y no fijar más fechas.

Como parte de su nueva estrategia, la UE negociará primero los capítulos más problemáticos de la ampliación, especialmente los referidos a cuestiones como la independencia judicial, la lucha contra la corrupción y la mejora de la capacidad administrativa.

Además, la Comisión Europea establecerá criterios mínimos que los países candidatos deberán cumplir en determinadas áreas incluso antes de empezar a negociar con la UE.

En el futuro también se tendrá en cuenta la capacidad de integración de la UE para admitir a nuevos miembros, es decir la posibilidad de funcionar sin verse debilitada por la entrada de los mismos, y el apoyo de la opinión pública.

La ampliación no es sólo una decisión burocrática o diplomática, sino que debe ser democrática, según el presidente de la CE, Jose Manuel Durao Barroso, que ha recalcado la importancia de un fuerte liderazgo, capaz de explicar a la opinión pública sus beneficios en materia de paz, libertad, y prosperidad.

La UE negocia desde el 3 de octubre de 2005 la adhesión de Croacia y Turquía, mientras en la cola esperan Albania, Bosnia-Herzegovina, Montenegro, Serbia y la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM), el único de estos países que tiene el estatuto de candidato, aunque no se ha fijado una fecha para el inicio de las negociaciones.

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