Una asamblea de buenas intenciones
Luchar contra la pobreza en el mundo e impedir que personas arriesguen sus vidas en el mar en busca de un futuro mejor son nobles aspiraciones sobre las que parlamentarios de la Unión Europea (UE) y los países de África, Caribe y Pacífico (ACP) llevan cuatro días discutiendo. Estas, junto a la situación de Haití, el conflicto de Sudán, el cambio climático o la situación del plátano, han sido los temas estrella de la Asamblea paritaria parlamentaria UE-ACP que se ha celebrado en el sur de Tenerife.
Más de 400 diputados se han pasado desde el pasado sábado 28 de marzo hasta el miércoles 31 , justo antes de la Semana Santa, hablando, discutiendo, y aprobando declaraciones no vinculantes (esto es, de intenciones) sobre tan nobles aspiraciones. De esta manera, y como reconocieron muchos diputados a ACN Press, las declaraciones conjuntas se convierten en un “mandato moral” o un “reclamo” para que los Gobiernos tomen las decisiones que deben tomar para alcanzar los Objetivos del Milenio contra la pobreza.
Uno de ellos es Ricardo Guerrero, quien admite que uno de los problemas más agudos está en que a consecuencia de la crisis los países están acortando la ayuda al desarrollo porque tienen sus propios déficits. “Nosotros no tenemos decisión sobre los medios económicos, pero expresamos un mandato político y moral y una exigencia para que quien tiene que tomar esa decisión la lleve a la práctica”, asegura.
Según Guerrero, “sin duda va a salir un compromiso de los parlamentarios y países ACP”, pero recalca que “las decisiones corresponden a los gobiernos y a las instituciones internacionales”. Eso sí, reconoce que “en los últimos años se han asumido compromisos pero no acaban de llegar eficazmente a los países en desarrollo”.
La eficacia de la ayuda ha sido otro de los puntos que se han discutido. Frente a muchísimos representantes gubernamentales y parlamentarios de países africanos, el copresidente de la Asamblea, Charles Milup, puso en entredicho la gestión que se hace de la ayuda internacional, debido a la corrupción de los gobiernos receptores o los propios intereses de los donantes, lo que ha hecho que “muy pocos países” hayan conseguido avances reales al respecto y declaró que la ayuda al desarrollo en sí es importante “pero también que los legisladores procuren que la ayuda llegue a los beneficiarios”.
En concreto, hizo referencia a un informe de 2006 de la ONU que dice que los 50 países menos desarrollados recibieron un tercio de la ayuda que destinan los países más desarrollados. “No se trata tanto del monto de la ayuda como de la eficiencia”, dijo. Hay cálculos que aseguran que para alcanzar los objetivos del milenio contra la pobreza harían falta unos 120.000 millones de euros al año, que es lo que según el Banco de España tienen las entidades financieras en hipotecas 'ninja', cuyos beneficiarios eran personas de dudoso poder adquisitivo. Precisamente las que provocaron la crisis.
En la inauguración, el ministro de Asuntos Exteriores de España, Miguel Ángel Moratinos, declaraba: “No podemos permitir que la crisis financiera se convierta también en una crisis de la ayuda al desarrollo”. Y lo hacía porque la crisis está sirviendo de excusa para reducir la ayuda a los más pobres, aunque lo hacía desde la legitimidad que da ser el único país de la Unión Europea (UE) que no sólo no ha bajado su aportación, sino que la ha aumentado. Aunque no deja de ser una excepción.
Una de cal y otra de arena, porque Moratinos se vanaglorió también de que la “política global” puesta en marcha por el Gobierno de España en cuanto a la gestión del fenómeno migratorio ha logrado tratar con éxito el problema a la luz de la bajada drástica de la llegada de inmigrantes por mar. Eso sí, no hizo mención a que una de las causas también está en que la propia crisis ha reducido las expectativas de encontrar trabajo de los inmigrantes y tampoco si esta reducción se ha visto en la llegada de personas a través de puertos y aeropuertos, sobre las que no existen datos concluyentes.
Ni el plátano
En cuanto a otro de los temas estrella, la situación del plátano, cuya comercialización por parte de los países comunitarios y de la ACP se ve amenazada por el 'banano latinoamericano', también se elaboró una declaración de intenciones que, en la práctica, “no implica nada” nuevo bajo el sol. Así lo reconoció uno de los europarlamentarios que lucharon por que dicho documento recogiera la necesidad de compensar a los productores canarios por la bajada del arancel que imponía 176 euros por cada tonelada de banano latinoamericano y que bajará hasta los 75 euros en los próximos diez años.
Mato reconoció a ACN Press que el hecho de que haya o no acuerdo en la Asamblea paritaria parlamentaria “implica lo mismo”, aunque considera que la declaración será buena porque funcionaría como un “impulso fuerte”.
Por lo tanto, una semana de buenas intenciones y montañas de papeles y firmas que, a la luz de la evolución de los objetivos del milenio, se mojarán por los intereses y la falta de compromiso real de los países más ricos, a los que no les basta con la sociedad opulenta en la que se han convertido, empujados por un sistema económico que favorece e invita al 'más todavía'. Mientras, nueve millones de personas en todo el mundo, que probablemente no sabrán leer esas montañas de papeles cargados de buenas intenciones, seguirán muriendo de hambre.
Issa NDiaye, un senegalés que llegó a Tenerife con 17 años en patera y que ahora tiene 21, tuvo el descaro de pedir druante la inauguración a todos los parlamentarios “no más corrupción” a ritmo de rap. “Si quieren que la gente se quede en su tierra, que aporten soluciones y se dejen de hacer negocios que nos quitan lo más pequeñito que tenemos para estar en una buena situación”. Queda dicho.