Brown anuncia la retirada escalonada de militares de Irak
El primer ministro británico, Gordon Brown, anunció este lunes ante el Parlamento la retirada escalonada de parte de los cerca de 5.500 militares que el Reino Unido tiene desplegados en Irak, hasta dejar el contingente en 2.500 a partir de la próxima primavera.
Brown, cuya popularidad se ha visto mermada tras echarse atrás en sus planes de convocar elecciones generales anticipadas este otoño, explicó que los repliegues se desarrollarán de forma paralela al traspaso del control de la seguridad en la provincia meridional de Basora a las autoridades iraquíes.
Esa transferencia, que permitirá al Reino Unido pasar de “un papel de combate” a uno de “supervisión”, se llevará a cabo en dos fases, la primera de las cuales “comienza ahora”, continuó el líder laborista.
En esa primera fase, está previsto que se cree, en el transcurso de los dos próximos meses, un control iraquí provincial en Basora y que las tropas británicas compaginen el entrenamiento de los cuerpos de seguridad iraquíes con las funciones de patrulla en la frontera entre Irán e Irak y, en caso de ser necesario, la asistencia a las fuerzas iraquíes.
Durante ese periodo, las tropas británicas serán reducidas en dos ocasiones: de alrededor de las 5.500 desplegadas a principios de septiembre se pasará primero a 4.500 y, posteriormente, a 4.000.
Ya en una segunda fase, las tropas británicas tendrán una capacidad de intervención más limitada y se centrarán en las funciones de entrenamiento y asesoramiento.
Entonces el Gobierno británico, siguiendo los consejos de los mandos militares, planea llevar a cabo un nuevo repliegue a partir de la próxima primavera que deje el contingente británico en 2.500 efectivos, menos de la mitad de los efectivos desplegados en la actualidad, añadió Brown.
El ministro británico de Defensa, Des Browne, declaró después a la BBC que el Gobierno prevé llevar a cabo ese último repliegue durante la primavera, pero que “todo dependerá” de las condiciones sobre el terreno y de la opinión de los mandos militares.
En su intervención parlamentaria, Brown recalcó que su Gobierno ha discutido estos repliegues con los mandos militares, las autoridades iraquíes y los aliados del Reino Unido y que su aplicación estará sujeta “a las condiciones sobre el terreno”.
Al mismo tiempo, el líder laborista urgió a Irán y Siria a jugar un papel más constructivo en el conflicto iraquí “poniendo fin a su apoyo a grupos armados y terroristas que operan en Irak, mejorando la seguridad en la frontera y deteniendo a los combatientes extranjeros que traten de entrar en Irak”.
“Debemos actuar todos contra la presencia de Al Qaeda en Irak”, dijo el líder laborista.
Brown ya anunció, durante una visita sorpresa la semana pasada a Irak muy criticada, el repliegue antes de final de año de 1.000 de los 5.500 efectivos que tiene destacados en el país árabe.
La oposición censuró entonces no sólo que Brown hiciera esa declaración en Irak y no en el Parlamento, como había prometido, sino que de los 1.000 soldados que dijo que serían replegados, 500 ya habían sido incluidos en un anuncio de retirada previo e, incluso, unos 250 de ellos ya se encuentran de regreso en el Reino Unido.
Si hace tan sólo una semana toda la prensa aseguraba que la comparecencia de hoy, justo tras la reanudación de las sesiones parlamentarias después del receso estival, sería la antesala de la convocatoria electoral, hoy se ha transformado en una nueva ocasión para que la oposición critique al primer ministro.
El líder conservador, David Cameron, le reprochó de nuevo que acudiera a Irak a anunciar el repliegue de tropas en vez de esperar a hacerlo en el Parlamento, mientras que el líder liberal demócrata, Menzies Campbell, reclamó un calendario para la retirada total al calificar de “catastrófica” la intervención británica en Irak.
“No voy a disculparme por visitar a nuestras tropas en Irak”, les respondió el primer ministro, cuya intervención fue contestada desde la calle por activistas que se manifestaron desde la céntrica Plaza Trafalgar hasta el Parlamento para reclamar la salida británica de Irak.
Desde el inicio de la invasión anglo-estadounidense en marzo del 2003, 170 militares británicos han perdido la vida en Irak, de ellos 133 por fuego hostil.