China se prepara ante una posible escalada de violencia en Urumqi

La ira que ha desencadenado fuertes enfrentamientos étnicos en Xinjiang (noroeste de China) desde el pasado domingo ha puesto en alerta a los ciudadanos de la región que se preparan ante la posibilidad de que se produzcan más revueltas, al tiempo que crece la inestabilidad en la zona.

Los habitantes de Urumqui mostraron el miércoles su preocupación de que la tensión entre las dos etnias enfrentadas, los uigures y los han, vaya en aumento después de los enfrentamientos del pasado domingo donde 156 personas perdieron la vida y más de un millar resultaron heridas en los incidentes étnicos más graves ocurridos en la zona en las últimas décadas.

En ese sentido, un profesor retirado natural de Shangai, Shi Guanzheng, aseguró temer por el futuro incierto de la zona a pesar de la destacada presencia de las fuerzas de seguridad que buscan contener la espiral de violencia. Así las cosas, permanece vigente el toque de queda impuesto por las autoridades de la región de Xinjiang después de que miles de chinos colmaran las calles armados con palos y cuchillos pidiendo ser desagraviados.

Pero Shi culpó al Gobierno por no haber sofocado con rapidez las protestas del martes portagonizadas por la etnia han, el grupo étnico predominante del país, cuando atestaron partes de la ciudad exigiendo venganza contra los uigures. “Eso nunca tenía que haber ocurrido. Debería haber sido cortado de raíz. Los asesinatos de personas inocentes nunca son justificados, pero ahora ambas partes están tan afectadas que las repercusiones durarán un tiempo”, declaró Shi.

“Estoy asustado de lo que ocurra cuando la (fuerza paramilitar de la) Policía Armada del Pueblo abandone el lugar. No me preocupa lo que pase mañana o el día siguiente. Lo que me preocupa es lo que ocurra el mes próximo. ¿Qué pasará entonces?”, agregó.

Xinjiang ha sido durante mucho tiempo un hervidero de tensión étnica fomentado por una brecha económica entre los uigures y los chinos han, así como por el control del Gobierno a la religión y la cultura en las ciudades claves de la región, incluyendo Urumqi.

Confusión en la cifra de fallecidos

Mientras tanto, el Gobierno chino continúa señalando a los separatistas del Congreso Mundial Uigur (WUC, por sus siglas en inglés) y a su líder, Rebiya Kadeer, como los instigadores de las revueltas.

En relación a ello, la activista Kadeer, que desmiente las acusaciones, afirmó que en su opinión que el número de fallecidos en las manifestaciones es mayor que el aportado por las autoridades del país.

“Espero que se restaure el orden y cese la violencia por ambas partes”, dijo. “Las autoridades chinas han afirmado que castigarán duramente a los responsables de los disturbios, pero ese comportamiento sólo generará una escalada de violencia en la región”, lamentó Kadeer, desde Estados Unidos, donde reside en la actualidad.

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