El Ejército somalí prepara una enorme contraofensiva para retomar Mogadiscio

NUEVA YORK, 6 (EUROPA PRESS)

Las tropas somalíes están preparando una contraofensiva que esperan sea definitiva para retomar el control de la capital, Mogadiscio, de las manos de la insurgencia islamista con una operación que contará con apoyo logístico estadounidense y, en un caso urgente, con la intervención directa de fuerzas especiales del Ejército de EEUU, según informa este sábado el diario 'The New York Times'.

Esta operación, que podría comenzar “dentro de unas pocas semanas”, desplegaría a entre 6.000 y 10.000 soldados somalíes recién entrenados, procedentes de Yibuti, Etiopía, Uganda y Kenia, que se sumarían a los 5.000 pacificadores burundeses y ugandeses que hasta el momento han intentado, sin resultado, mantener la paz y el orden en la capital, donde la presencia de las milicias de Al Shabaab se percibe diariamente y de las que puede decirse que ostentan el control 'de facto' de la capital.

En total, se trataría de 21.000 soldados contra un número estimado de 5.000 guerilleros islamistas, peor armados y sin una guía táctica como la que proporciona uno de los mejores oficiales somalíes aún con vida: el nuevo jefe del Ejército de Somalia, general Mohamed Gelle Kahiye, quien ha regresado a filas tras ser descubierto en Alemania, donde trabajaba como ayudante del gerente de un McDonald's.

El cuando menos inusual cargo que ostentaba Gelle antes de volver al Ejército da una idea del estado en el que se encuentra el país africano, gobernado desde 1991 por diferentes Ejecutivos de Transición. La crisis actual tiene su origen en diciembre de 2006, con una operación militar somalí que derroca a la Unión de Tribunales Islámicos que controla Mogadiscio. Desde entonces, la UTI se ha reconvertido en una insurgencia que se ha hecho con el control de tres cuartas partes de la capital y de gran parte del sur del país.

APOYO DE ESTADOS UNIDOS

“Son los americanos. Nos están ayudando”, declaró Gelle al diario estadounidense. Lo cierto es que Washington ha tomado nota de la relación entre Somalia y Yemen, donde según fuentes de inteligencia se ha establecido un “programa de intercambio” de milicianos afines a la red terrorista Al Qaeda.

La cooperación estadounidense se limitará a proporcionar apoyo aéreo, logístico y, si la situación llega a esos extremos, incursiones esporádicas de fuerzas especiales. “”Ataques aéreos y Operaciones Especiales entrando y saliendo“, resumió un funcionario estadounidense bajo el anonimato.

El Departamento de Estado ha asegurado que en ningún caso se contempla el despliegue de tropas estadounidenses. “No es una ofensiva estadounidense. El Ejército no va a poner un pie en Somalia. Punto”, aseguró el subsecretario de Estado para África, Johnnie Carson, quien pidió a los somalíes que asuman la mayor parte de la responsabilidad de la ofensiva para estabilizar el país.

“Hay ciertos límites para nuestro compromiso en el exterior y va a ser necesaria una enorme cantidad de potencia local para que ésto funcione”, declaró Carson.

Durante los últimos meses, Washington ha supervisado el entrenamiento de las nuevas tropas somalíes, apoyo logístico a las fuerzas de paz desplegadas en el país así como combustible para los vehículos y dinero para invertir en material militar.

De igual modo, y aprovechando su condición de principal enviado de ayuda humanitaria, se espera que, conforme se gane terreno en esta ofensiva, lleguen nuevos bienes de primera necesidad con un doble efecto: primero humanitario, y después moral, con el objetivo final de conseguir que el Gobierno somalí se gane las simpatías de la necesitada población.

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