El Gobierno declara el estado de emergencia en dos provincias filipinas
MANILA, 24 (Reuters/EP)
El Gobierno filipino ha impuesto este martes el estado de emergencia en dos provincias del sur y una ciudad después de que hombres armados mataran ayer a 46 personas en una masacre relacionada con una disputa electoral entre dos importantes familias locales que ha conmocionado al país. Entre las víctimas mortales hay numerosas mujeres, así como al menos doce periodistas y ocho empleados de medios de comunicación.
El portavoz de la Policía Nacional Filipina, Leonardo Espina, anunció este martes que se han hallado otros 24 cuerpos que se suman a los 22 encontrados ayer. Muchas de las víctimas de los asesinatos, ocurridos en la provincia de Maguindanao, eran mujeres del poderoso clan de los Mangudadatu. Además, entre las víctimas mortales también figuran doce periodistas y ocho empleados de medios de comunicación, según el Sindicato Nacional de Periodistas filipino.
“Existe una necesidad urgente de prevenir y evitar que se produzcan otros incidentes de violencia incontrolada”, subrayó el secretario de Prensa del Gobierno, Cerge Remonde, al anunciar que se imponía el estado de emergencia en la provincia de Maguindanao y la vecina Sultan Kudarat, así como en la cercana ciudad de Cotabato. El estado de emergencia, que por el momento tiene carácter indefinido, da al Ejército y la Policía amplios poderes para detener.
Las órdenes fueron emitidas mientras los soldados, utilizando palas y sus manos desnudas, excavaban las tumbas recién cubiertas en una colina de Maguindanao para recuperar los cuerpos de las víctimas de la masacre. Entre los cuerpos recuperados, según Espina, no figura el de la mujer del candidato electoral cuyos documentos iban a ser presentados a la comisión electoral cuando se produjo el ataque, si bien éste ya la ha dado por muerta.
Según el comandante de la Policía regional, Josefino Cataluna, se han encontrados 17 cuerpos tan sólo en una tumba en una localidad rural aislada. “Fueron apilados unos encima de otros y parece como si hubieran sido enterrados apresuradamente”, explicó a los periodistas en el lugar de los hechos, según la cadena ABS-CBN.
Un fotógrafo de Reuters en lugar pudo ver que muchos de los cuerpos presentaban heridas de bala y machetes. Algunos de los hombres muertos tenían las manos atadas en la espalda y una de las mujeres estaba embarazada. Las operaciones de búsqueda se suspendieron con la caída de la noche, pero está previsto que se reanuden mañana.
Por su parte, la presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, ha ordenado el envío adicional de tropas a la región y destituido al jefe de la Policía provincial de Maguindanao. “No se escatimará ningún esfuerzo para hacer justicia a las víctimas y responsabilizar a los autores dentro de los límites de la ley”, aseguró.
DISPUTA ELECTORAL
Los Mangudadatus, acompañados por abogados y periodistas, se dirigían a presentar la candidatura de uno de ellos a las elecciones del próximo mayo. Ningún hombre estaba presente, ya que creían que las mujeres no serían atacadas por sus rivales. Sin embargo, el convoy fue detenido por unos cien hombres armados, que se llevaron al grupo y les atacaron con fusiles M-16 y machetes.
Entre los muertos figura Genalyn Tiamzon-Mangudadatu, cuyo marido, Esmael, quería presentarse a gobernador de la provincia contra uno de los hijos del actual gobernador, Datu Andal Ampatuan, el jefe de otra poderosa familia local. Ampatuan, un aliado de Arroyo, ha sido elegido gobernador de Maguindanao en tres ocasiones, mientras que uno de sus hijos es el gobernador de la Región Autónoma Musulmana de Mindanao, un área que cubre seis provincias, entre ellas Maguindanao. La localidad cercana al lugar de la masacre lleva el nombre de su familia.
Ninguno de los Ampatuans ha hecho ningún comentario a los medios locales ni extranjeros sobre lo ocurrido, pero el consejero presidencial Jesus Dureza, que preside el gabinete de crisis, declaró a la televisión que la familia está dispuesta a responder a cualquier pregunta, mientras que los Mangundadatus le han asegurado que no vengarán la muerte de sus familiares y permitirán que sea el Gobierno el que resuelva el conflicto. Por el momento no se ha hecho ninguna detención.
Por su parte, el secretario de Interior, Ronaldo Puno, aseguró que la investigación estará concluida en un par de días y se harán arrestos. “No hay ninguna vaca sagrada”, declaró a la televisión, añadiendo que tanto los Ampatuans como los Mangudadatus son aliados del Gobierno. “Tenemos información sobre algunos nombres específicos, no sólo los que ordenaron esto, sino también los que lo cometieron”, precisó.
CUATRO SUPERVIVIENTES
Por su parte, Esmael Mangudadatu explicó a la radio dzMM que cuatro personas consiguieron escapar de la masacre y se encuentran en estos momentos bajo su protección. “Saldrán en el momento adecuado, están seguros con nosotros”, afirmó.
Los cuatro testigos, según Mangudadatu, aseguran que el alcalde de la localidad de Datu Unsay, Andal Ampatuan Jr., hijo del gobernador y candidato a suceder a su padre, se acercó al convoy en el que iba su mujer, Genalyn, y le ordenó que saliera del vehículo. Entonces, le explicó que contaba con la aprobación tanto de su padre como de su hermano para lo que estaba haciendo.
Ante estas acusaciones, el portavoz de la Policía filipina insistió en que “hay muchos nombres y personalidades (como sospechosos) en estos momentos y tenemos que contrastarlos con las pruebas para que podamos presentar los cargos necesarios”. Sí reconoció, sin embargo, que la destitución del jefe de la Policía provincial, Sukarno Dicay, se produjo después de que la investigación inicial revelara que éste se encontraba entre los autores de la matanza.
“Fue visto entre los que bloquearon el convoy de la mujer de Mangudadatu”, reconoció Espina, quien aclaró, según la cadena GMA News, que el ex jefe policial “permanecerá en su cuartel a la espera de los resultados de la investigación”.