Karzai: Los atentados no suponen una amenaza militar importante
WASHINGTON, 26 (Reuters/EP)
El presidente afgano, Hamid Karzai, ha afirmado que los atentados con bomba en las carreteras y los atentados suicidas son un mal difícil de erradicar, pero que no suponen una amenaza militar importante.
“Se trata de incidentes, no ataques del tipo que permitirían tomar un pueblo o una carretera”, ha afirmado Karzai en una entrevista en un programa de la CNN.
El mandatario afgano ha destacado además que la información que recibe de fuentes sobre el terreno apunta a que la “seguridad ha mejorado en varias regiones del país”. “La vida es ahora mejor. Por supuesto no como sería deseable, pero sí mejor”, ha indicado.
En ese sentido, ha afirmado que el anuncio de retirada de parte de las tropas estadounidenses por parte de Barack Obama es una prueba de que el país puede empezar a defenderse por sí mismo, de la creciente capacidad de la Policía y el Ejército afganos.
“El número de militares que ha anunciado que va a retirar este año y los del año próximo son un signo de que Afganistán está asumiendo su propia seguridad e intentado defender su territorio por sus propios medios, así que estamos satisfechos con este anuncio”, ha señalado. “Con respecto a las cifras (en retirada), no tengo opinión”, matizó.
Así, sobre las negociaciones con los talibán, Karzai ha recordado que el Alto Consejo para la Paz, un organismo creado por el Gobierno para resolver el conflicto, ya ha mantenido “contactos preliminares” con los talibán sobre un proceso formal de paz. Para ello, advirtió, Estados Unidos, Pakistán y otros países deberán emplear “todos los medios de que disponen”.
“Hay fuerzas que superan los medios de Afganistán que están interfiriendo en este proceso, que tienen poder sobre el proceso, y a menos que esas fuerzas empiecen a cooperar, los talibán no podrán dar un paso adelante (...) como grupo, como estructura unida”, ha explicado.
En concreto, se refirió a la “extrema importancia” de Pakistán para una solución rápida y se hace así eco de las insinuaciones de Washington sobre los vínculos entre la insurgencia afgana y los servicios secretos paquistaníes.