El Laborismo afronta la recta final de la campaña a favor del voto útil
Cameron confirma sus opciones de conseguir más escaños y Clegg abandona la reforma electoral como pauta irrenunciable

LONDRES, 4 (EUROPA PRESS/ Eva Martínez Millán)
La campaña electoral en Reino Unido ha experimentado un giro táctico entre los principales partidos, que han ajustado la estrategia para las claves últimas 48 horas ante la tendencia cada vez más unánime de las encuestas, que apuntan a una victoria de los conservadores por minoría. La principal apuesta para este tramo final ha venido de mano de los laboristas, entre los que se extiende la corriente por el voto táctico, es decir, elegir la papeleta liberaldemócrata en las circunscripciones en las que el partido no tiene posibilidades.
El paso es arriesgado, puesto que confirma el desánimo en las filas de un Gobierno que no sólo perdería la mayoría absoluta, sino que pasaría a la oposición tras 13 años en el poder. La llamada no ha sido directa, de hecho, el aspirante a la reelección, por primera vez por la vía de las urnas, insiste en que su única apelación para el jueves pasa por el Laborismo.
Sin embargo, la aseveración de Gordon Brown contrasta con los movimientos estratégicos no sólo de los 'fontaneros' que trabajan sobre el terreno en las consideradas plazas marginales, sino con los pronunciamientos públicos de destacados miembros de su gabinete. Las llamadas, en este caso, son más subliminales pero, aún así, dejan abierta la puerta a evaluar una alternativa a la lealtad al partido con el único objetivo de evitar un Ejecutivo conservador a partir del 6 de mayo.
La idea no es nueva, durante la campaña ya había sido planteada, pero no ha sido hasta esta última fase de la carrera cuando se ha materializado como una llamada real. Ninguna encuesta ha otorgado a Brown mayoría absoluta desde que concluyó su efímera luna de miel con los votantes poco después de tomar el relevo de Tony Blair en verano de 2007. La única tentativa a su alcance es un sistema electoral que los beneficia, precisamente, el mismo que los liberaldemócratas quieren reformar y que, aún así, los laboristas están dispuestos a someter a referéndum.
POSIBILIDADES
Sin embargo, aún con las ventajas de necesitar menos votos para conseguir un escaño, los sondeos confirman cada vez más las posibilidades de David Cameron de recabar no sólo más apoyo popular, sino un mayor número de escaños en Westminster. Hasta hace poco, los estudios demoscópicos ponían a los de Brown como principal grupo en el Parlamento, a pesar de figurar en tercera posición en papeletas. Como explicación sirve la traducción de los resultados de 2005. Cada asiento en los Comunes le costó al Laborismo 27.000 votos, a los 'tories' 44.000 y a la tercera fuerza, hasta 97.000.
Aunque este año las circunscripciones han cambiado y se han ampliado en cuatro, hasta las 650, la aritmética electoral continúa penalizando a la oposición, que necesita más papeletas para mejorar su representación en el Parlamento. Por ello, el viernes la diferencia entre conservadores y laboristas en escaños no será tan amplia como en cantidad de votos, un escenario que ha llevado a la apelación por el voto táctico para mantener a Cameron fuera de Downing Street.
La opción es clara: en aquellas circunscripciones en las que la batalla real está entre éste y los de Clegg, la razón dicta liberaldemócratas. Sería votar “con la cabeza, no con el corazón”, en palabras del ministro para Gales, Peter Hain, una de las voces más destacadas que han propuesto a las bases laboristas decantarse por una alternativa más práctica a efectos globales para el partido.
RIESGOS
La apuesta no sólo arriesga por trasladar el derrotismo en las filas del Gobierno, sino que afecta a la tradicional vinculación entre el diputado y los ciudadanos a los que representa en el Legislativo. Sin embargo, tiene apoyos más significativos que el artículo que Hain publicó hoy en el 'Independent'. Uno de los miembros del gabinete más próximos al primer ministro, Ed Balls, tampoco la descarta. El titular de Educación e Infancia, considerado mano derecha de Brown, admitió en la revista 'New Magazine' que la propuesta está ahí y que no puede evitarse.
Otras, como la ministra Tessa Jowell, ampararon la posición en el 'Daily Mirror', uno de los pocos diarios que mantienen el apoyo al Laborismo, tras el trasvase de uno de sus clásicos, 'The Guardian', a favor de los de Clegg. En los últimos días han sido varios los medios de comunicación que se han pronunciado abiertamente acerca de sus preferencias para el 6 de mayo, el último, hoy, el 'Financial Times', que considera a Cameron la opción para la “renovación”.
En cualquier caso, está por ver el éxito de la táctica del voto útil, puesto que, también esta jornada en el diario económico, el líder liberaldemócrata expresa por primera vez su disposición a hablar con el candidato conservador sin imponer como irrenunciable la reforma electoral. Hasta ahora era su posición de partida, sin embargo, la nueva voluntad de Clegg podría colisionar con el objetivo de David Cameron de formar un Gobierno en solitario, aunque sea en minoría y con apoyos puntuales.