La propuesta de autonomía marroquí para el Sahara Occidental tiene los días contados
La Administración Obama está ejerciendo presión sobre el Reino de Marruecos para que acepte una salida distinta a la que los alauitas proponen para el Sahara Occidental. Francia permanece en silencio tras su diplomacia ser derrotada en Mauritania. España no sabe a que jugar. Tal y como adelantó este periódico, la propuesta que ha puesto Naciones Unidas sobre la mesa es crear una nueva voz procedente de unas elecciones que se harían con las identificaciones que han hecho Marruecos y el Frente Polisario. Todos dicen sí, excepto Marruecos.
El Rey de Marruecos, según distintas fuentes, no ha ocultado su enfado con el nuevo enviado especial de la ONU al Sahara Occidental, Christopher Ross. De hecho, según insisten las mismas fuentes y distintos medios marroquíes, Mohamed VI se habría negado a recibirlo durante su visita a Marruecos. Tampoco lo hizo su primer ministro.
Habría que remontarse al golpe de Estado en Mauritania para ver la raíz de la lucha que mantienen Estados Unidos y Francia en el norte de África. Marruecos, en esta ocasión, jugó un papel de convidado de piedra. Estados Unidos lo excluyó de la solución en el país situado al sur del Sahara Occidental.
La diplomacia americana logró, de este modo, un voto en contra menos. Los yankees proponían una salida al conflicto que respetara la legalidad internacional, mientras que Europa, liderada por Francia, apoyaba una convalidación del golpe de Estado.
La propuesta de Autonomía de Marruecos que sigue resonando por los rincones de la Comunidad Autónoma de Canarias, de hecho algún intelectual marroquí la ha defendido ante personalidades políticas de las Islas recientemente, tiene los días contados. Ross tiene una nueva propuesta debajo del brazo. La ONU no ha dado ninguna credibilidad, ni ningún criterio de continuidad a la propuesta marroquí.
Exteriores del Gobierno de España, de esta forma, también queda en entredicho. Moratinos había dado un soterrado apoyo a Van Walsum [antiguo enviado especial de la ONU] y su proposición de autonomía. La nueva iniciativa que defiende Naciones Unidas consta en crear una autoridad local en el Sahara y, para elegirla, se celebrarían elecciones sobre las identificaciones que ya han realizado Marruecos y el Frente Polisario. Hecho, este, que sería una reminiscencia del Plan Baker.
Habría elecciones
El Plan de Ross ha desencantado a Marruecos, ha generado el silencio de España y ha sido apoyado por mauritanos, argelinos y saharauis. A Francia, ni se lo han mostrado.
Obama y Mohamed VI han intensificado sus relaciones en los últimos días. El Rey marroquí ha pedido ayuda al presidente norteamericano, que ha remitido al jefe de Estado de Marruecos a Christopher Ross, precisamente, al mismo que no recibió cuando estuvo de visita oficial en el país vecino de Canarias.
Cuando se aprobó el Plan Baker [Marruecos fue el único que lo rechazó], Mohamed VI pidió ayuda a Bush y este se la concedió. A cambio, Estados Unidos pudo deslocalizar su lucha antiterrorista. Ahora, a pesar de la correspondencia mantenida, la Administración Obama ha confiado en el enviado especial de la ONU.
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