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Regresan los disturbios a Francia

Una treintena de policías resultaron heridos este lunes durante los nuevos disturbios protagonizados por decenas de jóvenes en un barrio conflictivo de las afueras de París, donde reina la violencia desde la muerte el domingo de dos adolescentes al colisionar su mini-moto contra un coche policial.

Fuentes policiales informaron de que entre otros proyectiles los jóvenes dispararon a los agentes con munición de caza. Según el último balance provisional, dos agentes tuvieron que ser trasladados a un hospital, aunque su estado no es grave.

El incidente se desató hacia las ocho menos cuarto de la noche de este lunes, en circunstancias todavía no aclaradas, quince minutos después de que un centenar de jóvenes encapuchados comenzasen a lanzar proyectiles diversos contra los Cuerpos Republicanos de Seguridad y policías.

Algunos de los heridos formaban parte de una compañía llamada como refuerzo a Villiers-Le-Bel, al norte de París, donde anoche tuvo lugar el suceso. Además, más de una veintena de vehículos y varios edificios, entre ellos un gimnasio, fueron incendiados.

La reanudación de los disturbios se produjo pese a los llamamientos a la calma lanzados por las autoridades y por los propios familiares de los dos muchachos, Moushin y Larami, de 15 y 16 años, respectivamente.

Y también pese a que los primeros elementos de la investigación, según la Fiscalía, confirmaran la versión de los policías de que no tuvieron ninguna responsabilidad en la colisión el domingo con la moto en Villiers-Le-Bel, a unos 20 kilómetros de París.

A ultima hora de la tarde de este lunes, decenas de jóvenes se enfrentaron con las fuerzas del orden cerca del lugar del accidente. Incendiaron varios coches, incluido uno de la policía, y cubos de basura, y arrojaron botellas y otros proyectiles contra las fuerzas del orden, que respondieron con gases lacrimógenos y flashballs, según medios locales presentes en el barrio.

Ante el temor de más violencia, las autoridades desplegaron a unos 160 agentes antidisturbios (CRS) en Villiers-Le-Bel para reforzar a los policías locales, informó la Prefectura.

Por la tarde, entre 200 y 300 personas, en su mayoría adolescentes, protagonizaron una marcha silenciosa por la localidad, detrás de un cartel con fotografías de los dos muertos con el texto: “Descansa en paz. Muerto el 25 de noviembre de 2007. Muerto por nada”.

Por su parte, las familias de los dos muchachos pidieron “que se haga justicia, en la calma y la serenidad”. Un hombre que dijo hablar en nombre de las dos familias pidió que la investigación tenga lugar bajo la dirección de un magistrado instructor y que “se respeten las leyes de la República”.

Las familias han escogido como abogado al mismo letrado que representó a los familiares de dos adolescentes electrocutados en octubre de 2005, cuando se refugiaron en un transformador eléctrico al creerse perseguidos por la policía, en Clichy-sous-Bois, otro barrio conflictivo al norte de París.

Esa doble muerte desató tres semanas de violentos disturbios, protagonizados esencialmente por bandas de jóvenes, en decenas de zonas periféricas de París y las otras grandes ciudades del país.

En los disturbios de la noche del domingo en Villiers-Le-Bel y localidades vecinas, 40 policías resultaron heridos. Varios comercios, dos comisarías, y diversas cabinas telefónicas y paradas de guaguas fueron incendiados o saqueados por grupos de jóvenes.

Una doble investigación, administrativa y judicial, está en marcha para determinar exactamente las circunstancias del accidente de tráfico.

Los dos muchachos, sin casco, circulaban en una moto tipo motocross no homologada, que apareció a bastante velocidad en un cruce, sin respetar la prioridad de paso, a la izquierda del coche de la policía, que avanzaba sin sirenas y que no perseguía a nadie, según los testimonios citados por la justicia.

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