La revelación de la nueva planta de Qom vuelve a disparar la tensión atómica

PITTSBURGH (ESTADOS UNIDOS), 25 (OTR/PRESS)

El Gobierno iraní informó esta semana de la construcción de una segunda planta para el enriquecimiento de uranio a la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), lo que ha generado inmediatamente la condena rotunda de la comunidad internacional. El presidente estadounidense, Barack Obama, su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro británico, Gordon Brown, pidieron explicaciones a Teherán y amenazaron con nuevas sanciones, aunque dejaron abierto el diálogo ante el encuentro del próximo jueves.

La planta de la discordia se encuentra en Qom, a 160 kilómetros al sur de Teherán. Se trata de una instalación “fuertemente protegida y ocultada a conciencia”, según indicaron fuentes oficiales estadounidenses bajo condición de anonimato a la cadena ABC. A lo largo de este verano, fuentes de Inteligencia de Estados Unido, Reino Unido y Francia han trabajado conjuntamente para elaborar un informe sobre la planta de Qom a la AIEA, cuya construcción “es, en sí misma, una violación de los acuerdos de Irán con la agencia dependiente de Naciones Unidas”.

El pasado marzo de 2007, Teherán anunció a la AIEA que ya no se sentía obligada a respetar el acuerdo firmado en 2003 por el que se comprometía a informar de todas sus actividades nucleares “en lo referente a la construcción o a la autorización para construir instalaciones”.

Sin embargo, la AIEA, aún reconociendo la existencia de dicho anuncio, subrayaba que cualquier cambio en la reglamentación para la supervisión del programa nuclear iraní sólo podría conseguirse “a través de un acuerdo conjunto, nunca unilateralmente”, por lo que consideró la declaración de Teherán una violación de su responsabilidad internacional.

La instalación de Qom todavía no está en funcionamiento; para ello faltan unos pocos meses. Sin embargo, todas las fuentes de Inteligencia consultadas coinciden en que la instalación alberga cerca de 3.000 centrifugadores, una “cantidad insuficiente” para uso civil, pero “perfecta para desarrollar armas de uranio de baja intensidad destructiva”.

A estas alturas, todavía no se sabe a ciencia cierta si Irán informó de la existencia de la planta de Qom para intentar controlar el caudal de informaciones sobre la instalación, que podría haber sido descubierta por un fallo de seguridad de los propios oficiales iraníes. La postura oficial del Gobierno iraní es que una vez puesta en conocimiento de la AIEA la existencia de la planta, la república islámica ha cumplido con sus obligaciones internacionales. En su escueta misiva del lunes, el Gobierno iraní precisa que la planta de Qom sólo enriquece uranio hasta un 5 por ciento, un porcentaje insuficiente para el desarrollo de armas nucleares.

REACCIONES

El presidente Barack Obama declaró este viernes que la existencia de una nueva planta de enriquecimiento de uranio en Irán resalta la falta de compromiso de la república islámica con sus obligaciones internacionales, e instó a Teherán a “responder a la confianza de la comunidad internacional”, llamando a la AIEA a investigar “lo antes posible” la mencionada instalación, que calificó de “inquietante descubrimiento”.

En una conferencia de prensa extraordinaria, Obama lamentó que el conocimiento de la nueva planta de Qom “agrava los temores de que Irán no está a la altura de sus responsabilidades internaciones, en especial las que se refieren a la divulgación de las actividades nucleares”, declaró el presidente, quien indicó que “no es la primera vez que Irán ha escondido información sobre su programa nuclear”.

Aunque Obama defendió en su comparecencia, realizada en el marco de la cumbre del G20 en la ciudad estadounidense de Pittsburgh el “derecho de Irán a desarrollar un programa nuclear que responda a las necesidades energéticas de su pueblo”, indicó que “esta nueva instalación es inconsistente con las intenciones pacíficas que afirman sobre su programa”.

“Es hora de que Irán restaure la confianza que ha recibido de la comunidad internacional”, aseveró Obama. “Seguimos comprometidos seria y significativamente con Irán a través del diálogo internacional del grupo 5+1 (EEUU, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania), para demostrar que el derecho internacional no es una promesa vacía. Hay que mantener las obligaciones y hacer cumplir los tratados”, manifestó, antes de ceder la palabra a Sarkozy, a Brown, y asegurar el respaldo total de la canciller alemana, Angela Merkel, a la declaración conjunta.

Sarkozy declaró este viernes que Irán ha arrastrado a la comunidad internacional hacia una “senda peligrosa” y prometió nuevas sanciones a la República Islámica si sus dirigentes no llevan a cabo un “cambio profundo” en su política de aquí a diciembre.

Por su parte, el primer ministro británico, Gordon Brown, acusó a Teherán de haber “engañado” a la comunidad internacional en lo referente a su programa nuclear y aseguró que la comunidad internacional está preparada para imponer nuevas y más rigurosas sanciones contra Teherán.

RESPUESTA IRANÍ

La respuesta de Ahmadineyad fue no menos contundente. El dirigente iraní argumentó que la información sobre las actividades nucleares de Irán está a disposición de cualquiera que desee preguntar por ellas y que no hay problemas de cooperación entre Tehéran y la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), encargada de supervisar el programa nuclear de la república islámica.

“Irán no tiene secretos y trabajamos en el marco de la AIEA de acuerdo con el calendario establecido, y nadie nos ha forzado a hacerlo. Pero el hecho de que nuestro programa no sea un secreto no quiere decir que haya que informar a la Administración Obama”, declaró el presidente iraní.

“Si yo fuera asesor de Obama, y conste que yo no soy quien para darle estos consejos, le recomendaría que se abstuviera de realizar declaraciones similares, porque están equivocadas”, declaró Ahmadineyad al magacín estadounidense 'Time'.

Poco después, China y Rusia, las dos potencias más cercanas a Irán dentro del grupo 5+1, ejercían su habitual papel de moderadores. El presidente ruso, Dimitri Medvedev, sin dejar de expresar preocupación por la existencia de la planta de Qom, pidió a Teherán que demuestre la naturaleza pacífica de su programa nuclear antes de la reunión del próximo jueves, pero se abstuvo de hacer mención específica a cualquier tipo de sanción que pudiera recaer sobre la república islámica y reafirmó su disposición de dialogar con Teherán sobre cuestiones nucleares.

Por su parte, Pekín volvió a hacer un llamamiento al diálogo para resolver las tensiones. “Todos estos problemas sólo pueden ser resueltos a través del diálogo y la negociación”, declaró el viceministro de Exteriores, He Yafei, quien no obstante se mostró partidario de aplicar sobre Irán una “doble estrategia” basada en partes iguales en la negociación y el diálogo.

El alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior y la Seguridad Común (PESC), Javier Solana, prefirió no realizar valoraciones y simplemente se limitó a ratificar la importancia de la inminente reunión de alto nivel en Ginebra, que tras la revelación de la planta de Qom, será “mas necesaria que nunca”.

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