Siria logra sentar en una misma mesa al presidente palestino con Hamas
Fuentes de Hamás en Siria declararon a Efe que la reunión, que se celebró en presencia de las delegaciones de cada líder, estuvo centrada en la formación de un gobierno de unidad nacional, pero aún no se ha anunciado resultado alguno de esos contactos.
Las fuentes, que no quisieron ser identificadas, explicaron que la cita pudo celebrarse gracias a la mediación “seria y activa” de el gobierno de Damasco.
Fue una jornada de tensas negociaciones destinadas a reunir a ambos líderes.
El vicepresidente sirio, Faruk Al Sharaa, mantuvo reuniones separadas con Abás y Mishael con el objetivo de intentar superar las diferencias entre ambos y lanzar las conversaciones bilaterales, que estaban previstas para el sábado pero que fueron anuladas.
Abás llegó el sábado a Damasco en una visita que, pese a no ser anunciado oficialmente, tenía como uno de sus principales objetivos reunirse con el dirigente de Hamás para intentar lograr un acuerdo para un ejecutivo palestino de coalición nacional.
Sin embargo, seis horas después de su llegada a Damasco y a pesar de que varias fuentes palestinas aseguraron que la reunión sería el sábado, Abás sólo se había reunido con el presidente sirio, Bachar al Asad.
Fuentes gubernamentales sirias que no quisieron identificarse reconocieron que la reunión entre ambos líderes parecía cada vez más improbable por las enormes diferencias que separaban a los dos, sobre todo en relación con la formación de un gobierno de unidad nacional y la delimitación de las carteras del gabinete.
Pese a que finalmente se iniciaron las negociaciones entre los dos líderes palestinos, fuentes diplomáticas sirias recordaron que esta reunión no significa que hayan desaparecido las tensiones entre el movimiento Fatah, que dirige Abás, y Hamás, y recomendaron no esperar demasiado de ella.
Fatah y Hamás están envueltos desde hace meses en unas negociaciones para formar un gobierno de unidad nacional, que hasta el momento están encalladas por la pugna sobre quién controlará los organismos de seguridad -el presidente Abás o el gobierno mismo- y si Hamás debe o no reconocer al estado de Israel.
Al mismo tiempo, ambos movimientos han protagonizado en los últimos meses enfrentamientos armados en las calles palestinas que han causado ya 62 muertos.
El gobierno sirio, como anfitrión de Hamás y otros grupos radicales palestinos, ejerce una considerable influencia sobre ellos, como se ha visto durante todo el día en sus intensos contactos para sentar juntos a los palestinos.
En caso de que no se alcance un acuerdo para formar un gobierno de unidad nacional, Abás ha amenazado con convocar elecciones anticipadas.
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23 años de cárcel
En Canarias Ahora podemos atestiguar que el Lawfare existe. Lo vivimos de cerca entre 2015 y 2022 cuando informamos con todo detalle de cómo el exministro José Manuel Soria (PP) y el exjuez Salvador Alba conspiraron para acabar con la carrera política y profesional de la magistrada Victoria Rosell (Podemos). Y lo volvemos a vivir ahora con el intento de Alba de vengarse en la persona del director de nuestro periódico, Carlos Sosa, tras haber sido descubierto, juzgado y condenado a los tres delitos más graves que puede cometer un juez (cohecho, prevaricación y falsedad en documento judicial) a seis años y medio de prisión y 18 de inhabilitación.
Con la ayuda de una jueza de Madrid que ha desoído incluso al Ministerio Fiscal, Alba ha conseguido que Carlos Sosa se siente en el banquillo para responder a una petición de 23 años de prisión y a una indemnización de 422.500 euros simplemente por haber informado con todo rigor de sus delitos y de sus trapisondas para eludir la acción de la justicia.
El presidente de la ANP ha intentado infructuosamente en los últimos meses constituir un gobierno de unidad para poder sortear el bloqueo económico impuesto por la comunidad internacional encabezada por EEUU y la UE al gobierno de Hamás.
Estos países exigen a Hamás que reconozca el Estado de Israel, que renuncie a la violencia y que respete los acuerdos firmados en el pasado entre israelíes y palestinos.