Teherán anuncia la detención de varios extranjeros por liderar una “guerra psicológica” contra el régimen
TEHERÁN, 4 (Reuters/EP)
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23 años de cárcel
En Canarias Ahora podemos atestiguar que el Lawfare existe. Lo vivimos de cerca entre 2015 y 2022 cuando informamos con todo detalle de cómo el exministro José Manuel Soria (PP) y el exjuez Salvador Alba conspiraron para acabar con la carrera política y profesional de la magistrada Victoria Rosell (Podemos). Y lo volvemos a vivir ahora con el intento de Alba de vengarse en la persona del director de nuestro periódico, Carlos Sosa, tras haber sido descubierto, juzgado y condenado a los tres delitos más graves que puede cometer un juez (cohecho, prevaricación y falsedad en documento judicial) a seis años y medio de prisión y 18 de inhabilitación.
Con la ayuda de una jueza de Madrid que ha desoído incluso al Ministerio Fiscal, Alba ha conseguido que Carlos Sosa se siente en el banquillo para responder a una petición de 23 años de prisión y a una indemnización de 422.500 euros simplemente por haber informado con todo rigor de sus delitos y de sus trapisondas para eludir la acción de la justicia.
Varios ciudadanos extranjeros fueron detenidos durante los enfrentamientos del pasado 27 de diciembre entre opositores y fuerzas de seguridad con motivo de la celebración del festival religioso de la Ashura, según informó la Inteligencia iraní, citada por televisión estatal. Los detenidos han sido acusados de llevar a cabo “una guerra psicológica contra el sistema”.
“Varios extranjeros figuran entre los detenidos el día de la Ashura”, declaró el ministro de Inteligencia, Heidar Moslehi, a la televisión estatal, sin precisar la nacionalidad de los arrestados. “Estaban llevando a cabo una guerra psicológica contra el sistema”, prosiguió. “Habían entrado en Irán dos días antes de la Ashura”, añadió.