Últimos días para visitar ‘La poesía del paisaje’
El Espacio Cultural CajaCanarias La Palma clausura el próximo sábado, 19 de marzo, la exposición titulada La poesía del paisaje, “una muestra realizada a partir de 36 obras de arte, entre acuarelas y óleos, así como diversos documentos y manuscritos de Alejandro Ossuna Saviñón”, señala en una nota de prensa. Los fondos proceden de distintas colecciones particulares, del Fondo Ossuna y del Archivo Municipal del Ayuntamiento de La Laguna, y ha sido comisariada por Consuelo Conde Martel.
La poesía del paisaje comprende una colección que “recrea, fundamentalmente, escenas costumbristas de su Aguere natal”. Perteneciente a “una aristocrática y culta familia lagunera fue concejal del municipio, si bien sus inquietudes artísticas le llevaron, gracias a las enseñanzas de Lorenzo Pastor y Castro, a cultivar tanto la acuarela como el óleo, así como dibujos y retratos”.
Abierta desde el pasado 19 de enero en la sede de la Fundación CajaCanarias en la capital palmera (Plaza de España, 3), La poesía del paisaje puede visitarse de lunes a viernes (11 a 14 y 17 a 20 horas); así como los sábados en horario matinal (10 a 14 horas). La entrada es gratuita.
Alejandro Ossuna Saviñón
Esta primera colección pictórica expuesta en relación a la actividad creativa del pintor tinerfeño Alejandro Ossuna “incide, efectivamente, en algunos aspectos claves de su obra, como son el tratamiento ya citado de la vega de La Laguna y sus alrededores, casi siempre bajo la protectora presencia del Teide, montaña icónica tratada en su doble función: como fondo de paisaje o en su rotunda dimensión, ocupando la totalidad del lienzo”.
Apunta que “como miembro de una influyente familia de la burguesía terrateniente de La laguna, poseían extensas y variadas propiedades en otros puntos de la Isla: Roque Bermejo, El Realejo, La Victoria, Güímar y Tejina, lo que también le condujo a inmortalizar muchos de estos parajes que, más allá de su valor artístico, han servido como importantes documentos de carácter patrimonial y etnográfico”.
“Se le encuadra como paisajista romántico, si bien sus vistas no son idealizadas sino totalmente reconocibles. De este modo, en su obra se identifica con detalle las especies vegetales y los elementos orográficos propios de cada lugar, anticipándose en sus rotundas visiones del Teide a la generación de paisajistas canarios de la segunda mitad del siglo XIX, al tratar el paisaje de alta montaña, que fue incorporado tardíamente a este género” se explica en la nota.