La pesca de la flota atunera artesanal de la Isla “solo permite sobrevivir”
La flota atunera artesanal de La Palma, con las capturas que está logrando en la presente zafra, iniciada hace un mes, “sólo alcanza para sobrevivir y pocos más”, ha expuesto a LA PALMA AHORA el ex presidente de la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen de Tazacorte, Gegorio Francisco González.
“El pescado, este año, vuelve a estar malo de coger al encontrarse a más profundidad y, cuando sale a la superficie, dura poco porque, con nada, se espanta”.
El citado sector en la Isla, integrado por unos 30 marineros distribuidos en los seis barcos con base en el puerto de la Villa, en la actual campaña de las especies barrilote (atún blanco) y albacora (tuna), pesca una media diaria que oscila entre los 1.200 y 3.000 kilos de túnidos que permite atender únicamente la demanda del consumo interior, precisó el antiguo dirigente del colectivo.
Comentó que, desde que comenzó la zafra, debido a los temporales, han tenido que parar dos veces. En la primera estuvieron cinco días sin poder salir a faenar y, en la segunda, cuatro. “De la pesca dependen, directa e indirectamente”, subrayó, “unas 200 familias” en el municipio de Tazacorte.
Desde que comenzó la zafra, debido a los temporales, han tenido que parar dos veces. En la primera estuvieron cinco días sin poder salir a faenar y, en la segunda, cuatro.
“El pescado”, dijo, “este año vuelve a estar malo de coger al encontrarse a más profundidad y, cuando sale a la superficie, dura poco porque, con nada, se espanta”.
El caladero de la flota atunera artesanal se localiza, frente al Puerto de Tazacorte, a unas dos millas marinas de la costa.
Explicó que “febrero es el mes más fuerte en la pesca del atún blanco”. La zafra, añadió, se prolonga hasta después del verano, aunque en esa estación “cambia la especie y se captura el bonito listado”.
Gregorio Francisco González apuntó que “es necesario mejorar la comercialización”. En estos momentos, añadió, “la venta directa se realiza a través de isotermos” que recorren toda la Isla y llevan el pescado a la puerta de los consumidores.